
Por Gabriel Fernández (*)
Finalmente, la familia reconoció el cuerpo del pibe. En el comunicado que transcribimos al final, está nítida su posición.
El caso Maldonado permite evaluar la catadura, pero también la impericia recubierta de palabras, del gobierno del PRO Cambiemos UCR que encabeza Mauricio Macri. Las expresiones de la candidata porteña y eje de la construcción que asumió sobre fines de 2015, Elisa Carrió, representa cabalmente al conjunto de la administración, a cada uno de los integrantes de sus listas y a buena parte de sus votantes. La ausencia del presidente constituye un mensaje en sí mismo. El decir irónico y risueño de los periodistas que en las pantallas y todas las emisoras AM pretenden relativizar la trascendencia de los sucesos, habla de ellos mismos, sus familias y sus vínculos vitales.
El secuestro de un joven a manos de una institución del Estado y la aparición de su cuerpo (con el DNI) en la misma zona de la desaparición, la certeza de los pobladores sobre su reciente colocación y la denuncia irrebatible de la familia Maldonado acerca de la responsabilidad del gobierno nacional configuran un cuadro de gravedad institucional que, sin el encubrimiento judicial y mediático, debería haber generado la dimisión del ministro de Seguridad Patricia Bullrich, su jefe de gabinete Pablo Noceti, el titular de la cartera de Defensa Oscar Aguad, el secretario de Derechos Humanos Claudio Avruj y el ministro de Justicia Germán Garavano. Por supuesto: y el relevo y enjuiciamiento de toda la conducción de Gendarmería Nacional.
El vulgar alquiler de numerosos periodistas para hostigar a la Patria en cualquiera de sus variantes genuinas, avergüenza. Si por un lado las sumas recibidas por Jorge Lanata para su conversión resultan abultadas, por otro es preciso señalar que una importante cantidad de colegas mienten abiertamente y dañan políticas nacionales y personas que contrastan con el oficialismo, a cambio de un sueldo promedio. Sin embargo, como contracara, si algo demostró este caso es la existencia de un importante y calificado periodismo de investigación en nuestro país. Pese al bloqueo informativo, a través de nuestros espacios ha sido posible seguir esas pesquisas realizadas con talento, profundidad y toda la objetividad posible dadas las circunstancias.
Ahora bien, las últimas horas han sido bien agitadas pese a la presunta calma que se pretende mostrar en las pantallas y los diales. Las revelaciones recientes sobre el caso están poniendo en jaque al gobierno nacional. Sus operadores están desplegando toda la batería de medidas censoras destinadas a barrer bajo la alfombra el tema ante la imposibilidad de vertir opiniones contundentes y deslindar responsabilidades. Fuentes seguras indicaron a La Señal Medios y a Radio Gráfica que se registraron varias reuniones con cruces fuertes entre funcionarios de gobierno acerca de la posición pública a sostener en el tema.
La indefinición oficial, que necesita esconder a Elisa Carrió pero promoverla hacia los comicios, que necesita mostrar que hubo una investigación pero no admitir que el joven desapareció a manos del Estado, es palpable en el encare de los medios monopólicos. Su epicentro informativo se despliega en base a declaraciones de la familia sin enfatizar que la desaparición ocurrió a manos de un organismo del Estado nacional. Ante la inocultable responsabilidad del mismo, el silencio de los funcionarios antes mencionados, directamente involucrados debido a la escala lógica de poder interno, es un sonido que resulta estruendoso.
Es probable que la semana venidera, tras los comicios, las calles argentinas resulten un territorio muy intenso.
El comunicado de la Familia Maldonado
El cuerpo encontrado en el Río Chubut es el de Santiago.
La incertidumbre sobre su paradero ha terminado. El calvario que nuestra familia inició el mismo día en que supimos de su desaparición no terminará hasta obtener Justicia.
Muy poco podemos decir sobre nuestros sentimientos ante la confirmación de la identidad de Santiago: este dolor no sabe de palabras.
Las circunstancias del hallazgo del cuerpo nos generan muchas dudas. Creemos que es el momento de avanzar con firmeza en la investigación y dejar trabajar sin presiones al Juez Lleral. Necesitamos saber qué le sucedió a Santiago y quiénes son los responsables de su muerte. Todos. No sólo quienes le quitaron la vida sino los que, por acción u omisión, colaboraron en el encubrimiento y perjudicaron el proceso de búsqueda.
Estábamos en lo cierto al reclamar por la inacción, ineficacia y parcialidad del Juez anterior en la tramitación de la causa. Nos sigue resultando inexplicable la negativa del Gobierno Nacional ante el ofrecimiento de colaboración de expertos de la ONU, de comprobada experiencia internacional. Nadie podrá sacarnos de la cabeza que se podría haber hecho mucho más y mucho antes.
A los medios de comunicación, a las organizaciones sociales, de derechos humanos, gremiales, a las personas que nos han acompañado en las marchas por Santiago, les pedimos que sigan manteniendo el reclamo por Justicia, con más fuerza que nunca y en paz. A las fuerzas políticas, que hagan el mayor esfuerzo para apoyar y garantizar todas las acciones que nos ayuden a encontrar la Verdad y lograr Justicia.
La muerte de Santiago no debe ser motivo de divisiones o pujas interesadas. Nadie tiene derechos sobre el dolor de esta familia, para la que pedimos respeto.
Por Santiago, por nosotros
• Area Periodística Radio Gráfica / Sindical Federal / Director La Señal Medios