Por Alicia Lado*
El futuro del país se debate en estas horas, si votar a favor o en contra del levantamiento de la Ley Cerrojo y la de Pago Soberano. El gobierno manifiesta, a través de algunos de sus ministros, no tener un plan B. Una salida económica y fundamentalmente política como alternativa.Esta respuesta de poca previsibilidad, nos permite inferir que el famoso plan A de pago y emisión de deuda posterior puede ser el plan B. en tanto el A es un brutal nuevo ajuste con inflación.
Una maquiavélica inversión de letras. Un macabro juego como posible estrategia. Sólo un grupo de bancos internacionales dispuestos a prestar dinero y un panorama económico mundial con poco espacio de colocación de deuda.
«Fuimos ingenuos», última frase del equipo gobernante, resuena en nuestros oídos, dejándonos impávidos. Nos encontramos como barco a la deriva, diría mi tía o bien sin un GPS, diría mi sobrino. La ruta que marca la derecha vernácula, sólo ellos la conocen, aunque los trabajadores la padecemos.
Cuál plan conviene más ¿el A o el B? Que estrategia es la más conveniente, convincente y de mayor credibilidad?
A nivel regional, como conformar una clara posición frente a una escalada sin escrúpulos, dominante y con carácter disciplinatorio. Ni la letra A, ni la B otorgan la confianza suficiente.
El alfabeto tiene 20 letras más. Nuevamente el pueblo organizado y protagonista será quien determinará el rumbo de la historia. Sin letras, sin nombres.
(*) Abramos La Boca – Panorama Federal / Radio Gráfica