diciembre 21, 2024

Revoluciones «populares» como estrategia neoliberal

Revoluciones «populares» como estrategia neoliberal

Por Valeria Rodríguez*

Si bien desde mediados del 2000 surgieron movimientos sociales, que a simple vista parecían ser populares alrededor del mundo, años más tarde salió a la luz que detrás de eso había algo más.

La “primavera árabe” en un principio fue vista de manera positiva por muchos analistas pero la presencia norteamericana en esos movimientos fue paulatinamente evidente, de hecho, Josep Sharp, el creador del pequeño manual de la “Dictadura de la democracia” traducido en varios idiomas, era repartido durante las manifestaciones en la plaza Tahrir en Egipto.

La teoría de Sharp no es más que un panfleto neoliberal que apela a las ideas de una sociedad americanizada disfrazada de popular cuyas ideas cual pulpo globalizado buscan insertarse en sociedades con valores completamente diferentes.

Durante las última semanas se dieron a conocer nuevos levantamientos “populares” en China, particularmente en Hong Kong, los cuales fueron tratados por los grandes medios masivos como revueltas populares, lo cual parecería confundir un poco ya que si bien parte de esos “rebeldes” conforman la clase media en ascenso, hay muchas características que deberían tenerse en cuenta y analizar si se trata de una nueva estrategia de Estados Unidos para desestabilizar China y continuar con su guerra de baja intensidad.

¿Hong Kong popular?

Lo que menos se puede decir de Hong Kong es popular, teniendo en cuenta que es una de las metrópolis más acaudaladas, con un Producto Bruto Interno(PBI) anual de casi $ 49,000 dólares, es considerado más alto que Alemania y Japón.

Asimismo, en los años 90, cuando aparecían los “tigres asiáticos” en el escenario internacional, su participación en el PBI de China era de 27 %, lo cual cambió significativamente es al día de hoy que conforma tan solo el 2.7% ya que han crecido las economías de otras ciudades que la destronaron.

Hong Kong podría considerarse incluso como una ciudad extranjera dentro de la misma China por varios motivos, uno de ellos son sus habitantes, bastante parecidos a la sociedad norteamericana,interesados en generar dinero y consumir desenfrenadamente, no se sienten chinos y detestan, salvo algunas excepciones, la “dictadura” china.

La baja en los salarios reales Hong Kong aportaron a que sea considerada una ciudad menos rentable a diferencia de la época de los 90 cuando estaba en auge, incluso la forma de vida en esta ciudad es para pocos y quienes pretenden vivir allí tienen que trabajar mucho para conseguir la subsistencia y así y todo no logran ascender en la escala económica, lo cual causa frustración. A nivel regional, Hong Kong también perdió relevancia ya que los capitales se trasladaron a Singapur, cuyo PIB anual es incluso más alto que el de la metrópoli china.

Por otro lado, uno de los atractivos más importantes de Hong Kong, para China, era su posición única como megapuerto de libre comercio, la puerta de entrada al continente y uno de los principales mercados financieros del mundo pero el advenimiento de nuevas ciudades cambió el panorama

Podemos señalar el caso de Shenzhen que poco a poco se ha transformado en el polo tecnológico de China y otro caso similar es Shanghai que está en camino a ser el principal centro financiero y en poco tiempo destronará a Hong Kong que le es funcional a los Estados Unidos para impulsar la guerra blanda que está en marcha.

La guerra financiera y la teoría de Sharp

China tiene como principal objetivo la construcción de la Nueva Ruta de la Seda, que es un corredor económico que abarcaría más de 60 países por vía continental y también por mar, para ello necesita la construcción de legitimidad en la región.

China y Rusia son quienes lideran el proyecto de la nueva ruta de la seda y eso molesta sobremanera a los Estados Unidos que quiere volver a “ser grande” como lo he mencionado hasta el hartazgo Donald Trump desde sus inicios en el gobierno y todo tipo de obstáculo es o intenta ser destrozado a como dé lugar.

Hay que tener en cuenta que estamos hablando de un empresario que no entiende demasiado de política y que no está acostumbrado a que le digan que no, es por ello que como un niño caprichoso muchas veces genera cortocircuitos al interior de su propio gobierno y tiene que barajar y dar de nuevo.

Respecto a la estrategia financiera, Estados Unidos ha utilizado la herramienta de las sanciones económicas con mucha regularidad como forma de bloquear a determinados países y muchas veces lo hizo de manera indirecta como fueron las sanciones a la empresa china Huawei o incluso las sanciones anunciadas a una empresa china que importó petróleo iraní.

Lo que hay detrás de esto, además de la nueva ruta de la seda, es el intento de gran parte de la región euroasiática de salirse del dólar o mejor dicho volver al oro, lo cual por supuesto iría en contra de los intereses económicos norteamericanos.

Por otro lado, hay más estrategias dentro de la guerra blanda o de baja intensidad que pendula entre lo financiero, la cuestión cibernética a través de ataques tecnológicos que incluyen también los cortes energéticos y fundamentalmente la comunicacional.

En este punto los medios de comunicación masiva cuentan con un lugar prominente a través de las Fake News o noticias falsas que ayudan a manipular a las sociedades y además de esto podemos señalar el marketing y la presencia de organizaciones no gubernamentales que impulsan la fragmentación social.

Es aquí, en este punto donde podemos ubicar la teoría de Sharp de las revoluciones “populares” a través del financiamiento de organizaciones no gubernamentales como National Endowment for Democracy, NED que lejos están de las luchas populares.

NED y las revoluciones populares chinas

NED nació en 1983 con el objetivo de difundir la “democracia” americana alrededor del mundo su financiamiento depende de partidas presupuestarias del Congreso de los Estados Unidos en forma de subvenciones otorgadas a través de la Agencia de Información de los Estados Unidos (USIA).

Al presentarse como organización no gubernamental de alguna manera se encubría la presencia de los Estados Unidos y rápidamente amplió sus lazos aportando recursos a diferentes actividades como el Movimiento Mundial por la Democracia, el Foro Internacional de Estudios Democráticos, el Programa de Becas Reagan-Fascell, la Red de Institutos de Investigación de la Democracia y el Centro de Medios Internacionales Asistencia, es a través de ellas que se fue transmitiendo la “democracia americana” funcional a los intereses de los Estados Unidos.

Al ingresar a la web oficial de NED se puede apreciar que 2018 financió proyectos para la ampliación de los derechos de los trabajadores en Hong Kong, de esta manera lo que hacen es conseguir adeptos que sin saberlo ni quererlo terminan jugando a favor de los intereses geopolíticos de los Estados Unidos, además en mayo de este año el Secretario de Estado Mike Pompeo se reunió con el líder de NED Hong Kong, Martin Lee y dos meses después estallaron las manifestaciones.

Luchar por los derechos de los trabajadores es absolutamente legítimo pero cuando hay financiamiento por parte del Congreso norteamericano habría que pensar un poco más allá, pues difícilmente tenga un interés social, de hecho las invasiones a Medio Oriente tuvieron como principal slogan la expansión de la democracia.

(*) Analista internacional | Co-conductora de Feas, Sucias y Malas

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