
Por Valeria Rodríguez*
El pasado 26 de noviembre, el heredero al trono de Arabia Saudita, Mohammed Bin Salman(Mbs), llegó a la Argentina para participar de la reunión del G20, lo cual trajo un gran revuelo por su polémica figura ya que cuenta con un gran historial negativo que incluyen desde un genocidio a Yemen hasta el asesinato del periodista Jamal Khashoggi, pasando por violaciones a los derechos humanos dentro y fuera del país.
El observatorio sirio de derechos humanos, HRW, contrario a la posición de Bashar Al Asad y que cuenta com su sede en Londres, presentó una denuncia ante el juez Ariel Lijo, en la cual solicitó que se analizara la posible responsabilidad del príncipe heredero en la tortura de ciudadanos sauditas, así como en violaciones del derecho internacional humanitario en Yemen, en su calidad de ministro de defensa. Estas violaciones incluyen ataques aéreos indiscriminados y desproporcionados, así como un bloqueo aéreo y naval que ha contribuido a crear la peor crisis humanitaria a nivel mundial, según la ONU.
De acuerdo a la Constitución nacional, Argentina cuenta con jurisdicción universal para el tratamiento de ese tipo de delitos, es decir que las autoridades judiciales están facultadas para investigar y procesar estos delitos sin importar donde se cometieron y de qué nacionalidad son los sospechosos o sus víctimas.
Uno de los antecedentes de la implementación de esa jurisdicción universal sobre el tratamiento de los crímenes de lesa humanidad en 2011, cuando familiares de las víctimas del franquismo solicitaron que se iniciara una investigación, aludiendo al Art 25 de la Convención americana sobre los derechos humanos, mejor conocido como Pacto de San José, al cual Argentina es signataria.
Una decisión política
El fiscal federal Ramiro González, a quien se le asignó la causa por sorteo, respaldó el principio de la jurisdicción universal, tanto el fiscal como el juez federal Ariel Lijo tomaron medidas para decidir si inician una investigación formal. Para ello, pidieron información a los gobiernos de Yemen, Turquía y a la Corte penal internacional sobre el estado de las investigaciones al respecto, además, solicitaron a la cancillería argentina que informe sobre el estatus diplomático y la inmunidad de Mbs ya que para analizar esos casos es necesario conocer su situación diplomática.
A Pesar de que efectivamente Mbs cuenta con inmunidad diplomática para asistir a lo que fue la reunión del G20 como enviado especial, existe una posibilidad de quitarle la inmunidad diplomática según la Convención sobre las misiones especiales de 1969, la cual sostiene que el Estado receptor puede declarar “persona no grata” al enviado especial sin dar explicaciones, con lo cual tal inmunidad queda sin efecto.
Por supuesto que esto requiere de una posición política que Macri no está dispuesto a tomar por un lado porque la cumbre ya terminó y el príncipe no se quedará más tiempo que el estipulado y por el otro por su obsesión de demostrarse “inserto al mundo”.
A pesar de los papelones y desencuentros con varios presidentes que lo dejaron ante el mundo como un servil al imperio, además de demostrar su falta de interés hacia su propio pueblo mostrándose emocionado por la gala del Colón, mientras que miles de personas están desocupadas sin poder pagar los servicios básicos, pero nada se puede esperar de un niño rico que no tiene idea de lo que significa verdaderamente tener hambre o más bien entiende, como lo demostró en una entrevista que le hizo Jorge Ginzburg en 1996, que tener hambre es estar tres días en un auto sin dinero porque se lo gastó en el casino.
Tampoco tuvo sensibilidad al desaparecer en Ara San Juan con 44 submarinistas, por lo tanto no se puede esperar tampoco que tenga un mínimo de sensibilidad al conocer que en Yemen muere un niño cada diez minutos y que 22.9 millones de personas, de los 29 que conforman el país necesitan urgente ayuda humanitaria debido a los constantes bombardeos saudíes.
Cercamiento mediático
Resulta curioso cómo los medios masivos de comunicación argentinos tomaron el tema de la denuncia de Hrw, ya que centraron su atención principalmente en el asesinato del periodista saudí, Jamal Khashoggi, quien escribía en Washington Post y no en el genocidio que se está provocando en Yemen.
Parece que el asesinato de una persona vale más que el de 50 mil que se contabilizaron hasta ahora en el país árabe.Hay que señalar que Yemen es uno de los países más pobres de medio oriente y cuenta con uno de los pasos marítimos más importantes para el transporte del petróleo saudí, el Estrecho de Bab al Mandab, con lo cual a muchos les conviene que se siga invisibilizando la cuestión del Yemen.
Para gran parte de la administración Trump se debe continuar atacando hasta terminar con todo vestigio de “rebeldes” y así obtener el poder absoluto que no pueden lograr en Irán, donde se encuentra el estrecho de Ormuz, el segundo estrecho de medio oriente en importancia.
El apoyo militar norteamericano a Arabia Saudita
En medio de la cumbre del G20 en Estados Unidos, se le preguntó a Mike Pompeo sobre si Estados Unidos continuará apoyando la campaña militar saudí en Yemen y su respuesta, luego de aceptar la terrible situación yemení, fue “tenemos intención de continuar con el programa militar que llevamos a cabo”.
Paralelamente a estas declaraciones, el Senado, haciendo uso de la Resolución de poderes de guerra de 1973, en cuyo Artículo 1, sección 8 define que el Congreso tiene la potestad de hacer declaraciones de guerra y puede levantar o apoyar a las fuerzas armadas, llevó adelante una sesión especial donde se votó terminar con la ayuda militar a Arabia Saudita basándose en lo que viene advirtiendo la Onu respecto a que Yemen está al borde de una gran catástrofe ya que más de 85,000 niños han muerto desde que comenzó la campaña de bombardeos saudíes en 2015.
Según el Senado de los Estados Unidos, Los aviones saudíes y de los Emiratos Árabes Unidos han bombardeado plantas de tratamiento de agua y otras infraestructuras civiles esenciales, lo que lleva a un brote de cólera que ha matado a miles de personas.
Si bien republicanos y demócratas se pusieron de acuerdo y votaron a favor de la reducción presupuestaria (63 a 37 votos) como la primera medida para ponerle fin al apoyo militar a Arabia Saudita, se debe esperar la semana próxima para saber si tal proyecto de ley será vetado. Esta acción del Senado demuestra que Trump transita una fuerte fragmentación política al interior se propio país.
Estados Unidos cómplice de crímenes de lesa humanidad
Los informes presentados por el Senado durante la sesión detallaron que miles de personas han sido asesinadas, heridas o forzadas a huir de sus hogares debido a la violencia, las atrocidades y el bloqueo respaldados por Estados Unidos y liderados por Arabia Saudita. La mayoría de las víctimas son civiles, principalmente mujeres y niños. Además, las armas fabricadas en Estados Unidos, como misiles y bombas de racimo, continúan destruyendo infraestructuras vitales como hospitales, escuelas, hogares, mercados y sistemas de transporte, lo que empuja a los sobrevivientes a la pobreza, según los numerosos informes de la Onu.
Sobre esa base, el gobierno de los Estados Unidos infringe el derecho internacional y el derecho internacional humanitario por su apoyo y por permitir la exportación de misiles y equipos militares de fabricación estadounidense a Arabia Saudita que se han utilizado sistemáticamente para matar civiles.
Además del Senado, abogados internacionales, grupos de derechos humanos y la Onu, han expresado su preocupación por los ataques de la coalición liderada por Arabia Saudita, acusando al gobierno de los Estados Unidos de colaborar con Riad en lugar de prevenir y reprimir las violaciones del Derecho Internacional y del Derecho Internacional Humanitario por parte de Riad como un deber legal.
Cabe destacar que las armas y el apoyo estadounidenses han sido fundamentales para una campaña de bombardeos que ha convertido a Yemen en un estado fallido e inflamado las tensiones en la región.
Mientras tanto, Argentina no emitirá opinión alguna sobre el tema para continuar con sus “nuevas relaciones” con Estados Unidos que implican lo que Trump decida.
(*) Columnista de Internacionales de Feas, Sucias y Malas