
Por Valeria Rodríguez*
El 4 de agosto de este año el presidente de la República Bolivariana de Venezuela sufría un atentado con un dron durante un desfile militar.
Con el correr de las horas, se descubrió que la explosión de ese dron fue perpetrado por manos norteamericanas e incluso se detuvieron a más de 40 personas, entre los cuales había personal militar.
A poco más de un mes, se volvió a repetir la historia pero esta vez en la República Islámica de Irán, al igual que en Venezuela durante un desfile militar en el cual se conmemoraba la semana de la “Santísima Defensa Nacional” que recuerda el día en el que se inició la triste guerra con su vecino Irak en 1980.
Durante este desfile, cuatro personas vestidos de militares dispararon a quemarropa dejando un saldo de 29 muertos y más de 60 heridos, entre ellos niños, mujeres y periodistas.
El grupo terrorista “Estado Islámico de Irak y el Levante” (EIIL) se atribuyó el mismo, ésto permitió que las autoridades iraníes acusen directamente a los Estados Unidos, Israel y Arabia Saudita, básicamente porque éste grupo terrorista está financiado abiertamente por los Estados Unidos, lo cual está plasmado en el libro escrito por Hillary Clinton en 2014.
Frente a esto, el líder de la República Islámica de Irán, Sayed Alí Jamenei en un discurso público, acusó directamente a Estados Unidos y los “poderes arrogantes” (Israel y Arabia Saudita).
Cabe destacar que fue paradójico no solamente la fecha elegida para el atentado sino que también la zona en la cual se perpetró por varias cuestiones.
Por un lado se eligió una fecha muy importante para los iraníes porque se conmemora el inicio de lo que ellos llaman la guerra impuesta (1980-1988).
La denominan impuesta porque Irak contó con capitales norteamericanos e ingleses para su desarrollo y fue impuesta para beneficiar a los Estados Unidos que había perdido a su principal agente en tierras persas, al Sha Reza Pahlevi que había sido recientemente expulsado del poder tras la revolución del 79.
La guerra Irán- Irak, duró ocho años y dejó un saldo de más de un millón de muertos e innumerables pérdidas materiales, la misma se dio justamente un año después de la implementación del Sistema Islámico producto de la revolución popular de 1979 liderada por el Imam Jomeini.
Por otro lado, la elección de la ciudad donde se dió el atentado del 22 de septiembre pasado, también fue paradójica ya que se desarrolló en la ciudad de Ahvaz que corresponde a la provincia de Juzestán al suroeste de Irán, una zona que fue de especial importancia en 1980 cuando Sadam Hussein inició la guerra, esta zona fue importante por varios motivos, por un lado, por su ubicación geográfica tan cercana a Irak que incluso genera una mezcla identitaria por parte de sus habitantes que hace que algunos se identifiquen con los árabes más que con los persas y por otro lado por la fuerte presencia de musulmanes sunnitas, los cuales son mayoría en Irak, esto ayudó a que se forje un movimiento que justamente reivindicó el atentado del sábado pasado, el Movimiento Democrático Árabe Patriótico (Al Akuamaya).
A su vez debemos tener en cuenta que el atentado, se dio en el marco de la finalización de Ashura, el mes de luto que conmemoran los musulmanes chiitas, mayoría en Irán, donde se recuerda el martirio de Hussein ( nieto del profeta Muhammad) y su familia, los cuales son los principales símbolos de la lucha política de los musulmanes.
Irán al igual que Venezuela son dos países de extrema importancia tanto geoestratégica como ideológicamente y son realmente peligrosos para el imperio, con lo cual además de asfixiarlos económicamente a través de las sanciones económicas lo hacen de manera militar.
Las sanciones económicas como herramientas para presionar a Irán
Resulta imposible negar que Irán es el blanco de Estados Unidos ya que es la puerta de ingreso al Asia continental y además constituye una potencia en la región.
Desde 1979, Estados Unidos impulsó la implementación de sanciones económicas, lo cual ahorca la economía iraní aumentando el nivel de inflación anual que en 2014 llegó a 23 por ciento pero no le impidió constituirse como una de las economías más pujantes e importantes de la zona ya que cuenta con industrias pesadas, farmacéuticas y tecnológicas, además de contar con reservas de petróleo y tener una de las zonas estratégicas más importantes de la región, el estrecho de Ormuz, por donde pasa el 35 por ciento del petróleo de Arabia Saudita y constituye una de las zonas más militarizadas y monitoreadas de Medio Oriente.
Hay que tener en cuenta que en 2015 se firmó el acuerdo nuclear entre China, Rusia, Francia, Alemania, China y Estados Unidos, en el cual se levantaban las sanciones económicas a cambio de que Irán redujera su actividad nuclear. Este acuerdo materializó las negociaciones que se dieron tras cuatro años de reuniones entre esos países.
Pero, tras la llegada de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos,se dió marcha atrás con la decisión por parte del país del norte, es decir que en mayo de este año, Estados Unidos se salió del acuerdo.
A pesar de esto, y también a pesar de la implementación de nuevas sanciones económicas a Irán, los demás países que rubricaron el acuerdo prefirieron seguir apoyandolo,entonces, esto llevó a que Estados Unidos busque nuevas estrategias para desestabilizar a Irán.
Por otra parte, el conflicto en Siria también tiene influencia en en esta decisión de implementar nuevas sanciones a Irán ya que es uno de los países que apoyan la resistencia de Bashar Al Asad que prácticamente logró liberarlo del terrorismo, lo cual puede entenderse como la derrota de la estrategia del financiamiento de los grupos terroristas y “rebeldes sirios” por parte de Estados Unidos, inclusive esta semana se firmó el acuerdo de Sochi entre Rusia y Turquía para desmilitarizar la región de Idlib, en Siria, lo cual demostraría la victoria de Bashar Al Asad ya que es una de las regiones más estratégicas del país.
La cuestión Siria y los atentados a Irán
Pero las sanciones económicas no son suficientes para desestabilizar a Irán, para ello se utilizan los atentados terroristas que son cada vez más frecuentes.
Como se señaló anteriormente, la cuestión siria es de especial importancia y cada vez que se logra un acuerdo respecto a esta cuestión hay un atentado en Irán.
Recapitulemos, en mayo de 2017, se firmó el Acuerdo de Astana entre Rusia, Turquía e Irán en el cual se acordaba el cese del fuego en las zonas de Idlib, Homs y Damasco y la conformación de zonas de seguridad que serían una suerte de corredores para separar a los civiles de los terroristas.
La implementación de éstas “zonas de seguridad” demostró la intención de los aliados de finalizar con los ataques que tan mal le hacen a la región. Más tarde, en junio del mismo año, estallaron dos atentados en Teherán, donde dos grupos de asaltantes armados abrieron fuego contra personas que se encontraban a las afueras del mausoleo del Imam Jomeini ( ubicado al ingreso de Teherán) y otro grupo en el Parlamento que se encuentra ubicado en el centro de la misma ciudad.
Hay que tener en cuenta que el pasado 18 de septiembre se firmó el acuerdo de Sochi, entre Rusia y Turquía en el cual se desmilitariza la zona de Idlib en Siria que por ser el último bastión de EIIL, su desmilitarización demuestra la victoria de Asad, pero cabe destacar que en éste acuerdo estratégicamente no participó Irán.
Pero este país el 27 de agosto pasado, firmó un acuerdo de cooperación militar y técnica con Siria, lo cual demuestra el compromiso y apoyo a la lucha contra el terrorismo y su lealtad al gobierno de Bashar Al Asad.
A cuatro días de la firma del acuerdo de Sochi y casi un mes de la firma del acuerdo con Siria, se perpetró el atentado en Ahvaz a manos del EIIL, es decir, Estados Unidos.
(*) Columnista de Feas, Sucias y Malas