Por Marlene Asta (*)
El Ejecutivo envió al Congreso el 12 de marzo de este año un proyecto de Equidad Salarial, sobre el cual mujeres organizadas sindicalmente de todas las centrales obreras, así como trabajadoras de la economía popular, sentaron postura: “La reforma laboral no cierra la brecha salarial”.
Hoy, tras haber redactado su propio contraproyecto, ingresado el 22 de junio pasado, las sindicalistas plantean “No a la reforma laboral encubierta” e impulsan la propuesta legislativa propia: “Proyecto de equidad de géneros e igualdad de oportunidades en el trabajo”.
¿Cuáles son las diferencias principales entre ambos proyectos y qué tiene que ver la reforma laboral?
Vamos por partes… y advertimos: el orden de los factores no altera el producto.
UNO. Intervención / Puede decirse que, en el Senado, la reforma en el sistema laboral argentino, fue presentada en tres leyes: El «blanqueo» de trabajadoras y trabajadores no registrados, la incorporación de pasantías y la creación de una agencia de evaluación de tecnología de la salud.
En el caso de la Cámara Baja, existe este proyecto que se embandera en la equidad de género y, tal como explican las sindicalistas, le da facultades exorbitantes al Ministerio de Trabajo para no homologar convenios colectivos y para intervenir sindicatos ¿El argumento? Que el sindicato no cumpla con el cupo femenino, lo cual –además- no se mide con la misma vara para las empresas.
Esto, incluso, ya sucedió. En mayo de este año, el Gobierno intervino el Sindicato de Trabajadores Mensualizados de los Hipódromos Argentinos (Sitramen) amparándose en el no cumplimiento del cupo establecido en un 30 por ciento.
DOS. Brecha salarial / El tema de la brecha salarial en Argentina, es decir, la diferencia de ingresos de acuerdo al género, que es de aproximadamente un 30 por ciento, tiene que ver –entre otros elementos- con: ¿En qué mercado de trabajo se insertan principalmente las mujeres? Salud, educación, casas particulares y fundamentalmente trabajo no registrado, todos rubros que están mal remunerados. De esos empleos surge el promedio salarial. Podemos decir que esa es una brecha de características horizontales. Pero además, existe una brecha en términos verticales. Tenemos pocas directoras, ministras, personal jerárquico, etc. Entonces, el problema por un lado es la inserción y por otro es la carrera de ascenso en el empleo.
Hacemos aquí una segunda advertencia para explicar que estos elementos abordados, en torno a esta brecha, implican una síntesis. Pero que podríamos abrir muchas más variables que permitan hablar por ejemplo del sistema patriarcal, de las representaciones en torno a lo esperado por los géneros y los roles atribuidos en derredor de eso, la diferencia de ingresos incluso ante igual tarea, la dificultad en el acceso a cargos de mayor jerarquía en relación al tiempo que pasan las mujeres en tareas de cuidado y del hogar, la no retribución y no concepción de ese trabajo como trabajo, etc., etc.
Bien. Dicen entonces las sindicalistas, el proyecto de ley del oficialismo no genera ningún cambio en la brecha salarial en la Argentina. Y el que ellas plantean, incluye cuestiones como licencias por cuidados o fertilidad asistida, entre la ampliación de otras licencias ya existentes.
TRES. Binario / Las trabajadoras organizadas plantean que la redacción del proyecto oficial es binaria. Y eso, claro, tiene connotaciones estructurales en términos de lo que establece la norma. Por ejemplo, se amplía la licencia por paternidad a 15 días. O sea, sólo contempla a padres/hombres, por lo que no hace mención a familias diversas o con otras composiciones.
CUATRO. Flexibilización / Este proyecto de Equidad De Género del Ejecutivo incorpora el teletrabajo. Es decir que introduce modificaciones en el trabajo de las mujeres sin regularlo, lo cual implica modificaciones en la ley de contrato de trabajo. “Que es la ley más importante que tenemos”, dicen las mujeres sindicalistas sobre esta última. Por ejemplo, en este punto, se perjudican cuestiones como los horarios de lactancia.
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En el comunicado de prensa recientemente publicado, ellas dicen: “No vamos a permitir que nos usen para ir contra nuestras organizaciones sindicales y para introducir una reforma laboral que precarice a nuestrxs compañerxs, porque sin sindicatos fuertes, no habrá derechos para las trabajadoras, ni para nadie”.
Según los índices y estudios de las trabajadoras, en este momento de avasallamiento de la clase trabajadora, en el cual hay desocupación y pérdida de derechos, las mujeres son las que sienten más las políticas de ajuste. Vale decir, en este sentido, que el proyecto presentado por este sector organizado introduce más y mejores licencias . Además de las mencionadas, contempla cuestiones como cuidados de personas enfermas; adaptación escolar; reuniones escolares; amplía la licencia para “personas gestantes”, que una vez finalizada, puede extenderse para “unx de lxs progenitorxs”, y se suma una novedad: por interrupción del embarazo.
*Periodista Radio Gráfica