El historiador Facundo Carman reflexionó en Punto de partida con motivo de un nuevo aniversario del fusilamiento del militante peronista Dardo Cabo durante la última dictadura oligárquica-liberal entre 1976 y 1983.
Carman comenzó por evocar a quien fue «un trabajador, militante revolucionario y periodista. Los que lo conocieron recuerdan que en un lugar tan extremo como la cárcel en el final del gobierno de Isabel Perón y al llegar el golpe cívico-militar, la famosa Unidad 9 de La Plata, Dardo Cabo era un líder indiscutible. Era la valentía, la claridad, era la palabra autorizada para todos los presos«.
Luego el entrevistado mencionó que «su padre era Armando Cabo, un sindicalista muy ligado a Evita al punto que ella le encargó traer las armas para los sindicatos que debían defender a Perón ante un hipotético golpe gorila. Armando Cabo también tenía la contradicción de ser cercano a Augusto Vandor en la Unión Obrera Metalúrgica, incluso en la época del crimen de Rosendo García. Asimismo algunos periódicos que tengo de 1965 lo ubican a Dardo más cercano a la ortodoxia peronista que a la Juventud Peronista (JP), más influenciada por la Revolución Cubana. Incluso fue custodio de Isabel Perón cuando vino al país en el ’65. Luego tanto Dardo como Armando evolucionan hacia otras posturas políticas y terminan en el Peronismo Auténtico, formado por Montoneros en 1975. La familia, que terminó en la pobreza absoluta, era una familia de trabajadores que evolucionó a lo largo del siglo XX hacia posiciones de nacionalismo revolucionario y que fueron intransigentes en su sentir y pensar«.
Carman también observó que «la Operación Cóndor fue quizás su actuación más recordada cuando en compañía de un grupo de jóvenes secuestró un avión para desviarlo a las Islas Malvinas y plantar la bandera argentina en nuestro territorio ocupado. Ahí también se muestran sus contradicciones y evoluciones. De aquel grupo algunos como Cabo terminaron en la JP y en la Tendencia, mientras que otros terminaron en la ultraderecha del peronismo. Era una mezcla de militantes que venían de la Agrupación Nueva Argentina«.
Finalmente Carman vinculó la militancia del homenajeado con la actualidad argentina al señalar que «hay que discutir al kirchnerismo y a todos los obsecuentes que tuvo. Ahí es donde aparece la figura de Cabo y de tantos otros que nunca traicionaron, siempre fueron leales y siempre dieron las discusiones donde había que darlas. Para ver lo vigente que está pasó algo hace pocos días. Vicente Palermo, intelectual del PRO que tiene un grupo de adherentes al gobierno, le escribió hace poco al investigador Roberto Baschetti pidiéndole información sobre Cabo y su familia para escribir un artículo para el diario La Nación. Baschetti le respondió que los que asesinaron a Dardo Cabo son los padres, tíos y abuelos de este gobierno, y que por eso no tiene nada para darle. Más allá de tendencias internas, para todos los compañeros grandes del peronismo, todos los que estuvieron presos, Dardo Cabo es un símbolo«.
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