Por Carlos Aira (*)
Marcelo Hugo Tinelli capituló. Como un general derrotado, presentó su rendición incondicional. No lo hizo con su voz. Un mensaje en su cuenta de facebook dio cuenta de su renuncia a la la vicepresidencia de Selecciones de AFA junto a la coordinación de Estatutos y Convenio de la fantasmagórica Superliga. Como yapa, solicitó una licencia de 18 meses a su cargo de vicepresidente primero de su amado San Lorenzo de Almagro.
Durante dos años y medio terció por un cargo que le fue esquivo. Tuvo todas las condiciones dadas para ser el hombre fuerte del fútbol argentino. Pero ningún vencido sale indemne. Menos del conflicto más profundo vivido en el seno de AFA desde 1931. Marcelo Tinelli, el hombre que hace un cuarto de siglo es una referencia ineludible en la vida cotidiana de los argentinos, jamás demostró pulso político para lidiar con un ámbito que creyó amigable pero le fue hostil.
La derrota abre interrogantes. ¿Quién convenció al exitoso hombre de negocios que podía presidir AFA sin pisar su sede? ¿Tinelli creyó que podía ganar voluntades tan sólo con esporádicos asados y promesas de grandes negocios?. Pero sobre todo: ¿Por qué no continuó el camino que el propio Julio Grondona le sugirió? Esto es, una profunda modernización del fútbol argentino sin perder la amalgama de poder de los clubes chicos.
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Tinelli siempre fue un hombre del fútbol. Hay que tenerlo en cuenta. Desde sus comienzos en las divisiones inferiores del Club Atlético San Telmo, en su paso por el periodismo deportivo como cronista de Radio Rivadavia, o en la organización de brillantes negocios como lo fueron aquellos memorables picados millonarios en el estudio mayor de Telefé. También es bueno recordar que Tinelli tomó decisiones erradas en el fútbol. La más resonante fue la compra del Club Deportivo Badajoz, equipo de la segunda división española, en 1998.
Aquella historia nació en enero de 1997. En esos días, el Extremadura CF era la cenicienta en La Liga española. Último en la tabla de posiciones, en el mercado de invierno contrató a tres argentinos: Carlos Fernando Navarro Montoya, José Horacio Basualdo y Walter Silvani. Allí ya se encontraba otro compatriota: Carlos Duré. Los dólares baratos de la convertibilidad generaron la posibilidad de cubrir el debut del popular Mono en España. Las cámaras de Videomatch (30 puntos de rating) revolucionaron Almendralejo, un pueblo de apenas 30.000 habitantes, casa del Extremadura. La presencia desenfadada de Diego Korol combinada a la sencillez y cándidos cánticos tribuneros, hicieron del Extre un éxito televisivo. Tinelli acertó con la cobertura: cada vez que aparecían los hinchas de Extremadura, el rating subía.
En el campeonato español de 22 equipos, Extremadura descendió. Pero España estaba en la órbita de Marcelo Tinelli. Javier Tebas, titular de la Liga de Fútbol Profesional – quién dos décadas más tarde volverá a la historia – le ofreció al empresario de Bolivar un negocio: la compra de una Sociedad Anónima Deportiva de segunda división. Era el Badajoz Club de Fútbol. A mediados de 1998 se oficializó la compra. El negocio duró dos años y fue ruinoso. La segunda división española es un cráter lleno patadas y canchas vacías. Si bien Badajoz está en la misma comunidad autónoma que Extremadura, su público nunca tuvo piel con el proyecto. Tinelli armó un equipo argentino a metros de la frontera hispano-portuguesa. Imposible generar empatía. Camisetas Topper y publicidad de Parmalat. Pero el gran negocio eran los jugadores. Dirigidos por José Raúl Toti Iglesias, amigo personal de Tinelli, fueron llegando a Badajoz una catarata de argentinos: Alejandro Mancuso, David Carlos Nazareno Bisconti, Martín Romagnoli, Oscar Limia, Fernando y Patricio D´Amico, Mauricio López, Gustavo Giustozzi, Ezequiel Castillo y Adrián Giampietri. La gran mayoría representados por Hugo Issa, ex futbolista de Temperley y Estudiantes de La Plata, amigo del dueño del equipo desde sus épocas juntos en las divisiones inferiores de San Telmo. Pero una de las tramas secretas del Negocio Badajoz fue la presencia solapada de Mauricio Macri. Con un perfil bajo, habría sido uno de los accionistas de la SAD. Boca cedió a préstamo a los futbolistas Héctor Bracamonte, Adrián Guillermo, Pedro González, Lucas Gatti y Fernando Ortiz. En junio de 2000, luego de dos campañas mediocres, Marcelo Tinelli vendió su participación accionaria a Tebas. No había logrado el ascenso a la Primera División y cobrar los ventajosos derechos de televisión. En 2005, el Badajoz CF desapareció ahogado en deudas.
En 2007, Tinelli ingresó en forma directa al mundo de San Lorenzo. Desde su explosión mediática, su figura siempre estuvo ligada al club. Desde la exposición mediática que significaba la presencia azulgrana en la noche de los argentinos o intercediendo para que tal jugador vistiera la camiseta del Ciclón. Pero por primera vez tomaría un cargo oficial dentro del club: titular del Consejo de Fútbol Profesional. Un eufemismo. El empresario-conductor fue el mecenas en el cual se apoyó el presidente Rafael Savino para costear un equipo de estrellas. Durante dos años, San Lorenzo contrató jugadores por un costo impensando para la institución: Andrés D´Alessandro, Santiago Solari, Daniel Bilos, Juan Carlos Menseguez, Diego Placente, Cristian Ledesma, Gastón Gata Fernández, Gonzalo Bergessio, Cristian Kili González y Leandro Pipi Romagnoli, entre otros. Todos bajo la conducción técnica de Ramón Ángel Díaz. El equipo se consagró campeón del Apertura 2007. La estrella se fue apagando luego de caer en una increíble semifinal de Copa Libertadores ante Liga de Quito.
Pero el buen momento deportivo no pudo tapar el profundo deterioro económico del club. Marcelo Tinelli renunció a su cargo el 17 de noviembre de 2009. Para ese tiempo, Diego Simeone era el entrenador del equipo y Carlos Abdo el presidente del club. En poco tiempo la crisis económica se transformó en un tembladeral: el club estaba virtualmente cerrado. La gran cantidad de reclamos – y juicios – por falta de pago hacían recordar la realidad institucional de los años 80s. La realidad futbolística distaba de ser lo esplendorosa de años atrás. San Lorenzo estuvo a punto de descender en la última fecha del Clausura 2012. Durante media hora fue equipo de la B Nacional. Abdo, empresario ligado a la publicidad estática en los estadios, renunció el 23 de julio de 2012. Para irse reclamó el pago de una deuda documentada de 30 millones de pesos – casi 6 millones de dólares – que habría puesto para solventar gastos generados por la fiesta 2007/09. Cuentan que fue el propio Tinelli quién pagó esa cifra.
Con Abdo en el centro de la escena pública como principal responsable de la crisis, Marcelo Tinelli regresó triunfal al club. El 1º de agosto de 2012, Matias Lammens asumió en forma interina la conducción de San Lorenzo de Almagro, elegido por una asamblea de socios. Un mes mas tarde, acompañado por el bolivarense en la vicepresidencia primera, ganó las elecciones con el 80,5% de los votos.
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Si Videomatch – luego Showmatch – fue el vínculo de Marcelo Tinelli con el pueblo, Ideas del Sur fue su construcción más preciada. La productora de contenidos fue fundada el 28 de octubre de 1996. En sus entrañas de seis pisos, en pleno corazón de Colegiales, surgieron los espectáculos y ficciones más vistas y recordadas por los argentinos en los últimos veinte años. En 2004, Tinelli rompió su histórico vínculo con Telefe – Grupo Telefónica – a instancias de una dura pelea con Claudio Villarruel, por entonces Gerente de Programación. En 2005 llevó sus productos a Canal 9, pero en septiembre de ese año rubricó su ingreso a la pantalla de Artear, Canal 13. Nacía un vínculo conflictivo: Clarín – Tinelli.
Pero el bolivarense no se quedó tan sólo con Ideas del Sur. Diversificó su capital mediático. A fines de 2003 adquirió Radio del Plata, perteneciente al grupo mexicano CIE. Una operación de dos millones de dólares. En 2008, Tinelli vendió su paquete accionario de Radio del Plata a Electroingeniería, grupo cordobés ligado al entonces gobierno nacional. El conflicto de las Retenciones Móviles cambió el mapa político argentino. En 2009 el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner llevó adelante la modificación de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual. 21 puntos surgidos desde las entrañas mismas de la comunicación popular. Con el atalaya que brindan los años, se puede apreciar – con bronca y dolor – que para un sector del kirchnerismo la ley solo sirvió para quebrar la línea de flotación del Grupo hegemónico de calle Tacuarí.
La derrota legislativa de 2009 obligó al kirchnerismo a cambiar su estrategia comunicacional. Recostó su aparato en la construcción mediática del empresario santacruceño Cristobal López, titular del Grupo Indalo. Gran parte de la pauta publicitaria fue depositada en los ineficaces productos del Grupo 23, comandados por Sergio Spolszki y Matías Garfunkel. En una sórdida guerra mediática, el gobierno buscó quebrar a Clarín con una jugada osada: la compra de C5N e Ideas del Sur por parte de Indalo. ¿Para quién juega Marcelo Tinelli? Bajo fuego cruzado. El fallecimiento de Néstor Kirchner en octubre de 2010 lo acercó a la presidenta, pero su pantalla seguía siendo Clarín. El Grupo 23 le declaró una guerra tan abierta como sucia. La misma incluyó golpes bajos, como aquella tapa de El Sensacional, donde se daba cuenta de supuestas orgías bisexuales en las oficinas de Ideas del Sur.
En noviembre de 2013, Cristobal López compró el 81% de las acciones de Ideas del Sur. Marcelo Tinelli, dueño del 19% restante, quedó como CEO de su creación por espacio de doce años. Carlos Zannini, secretario Legal y Técnico de la presidencia, tenía llegada directa a ambos empresarios. Fue quién tuvo la idea de sumar a Tinelli a Fútbol para Todos.
En enero 2014, en medio de un proceso devaluatorio, el jefe de gabinete Jorge Capitanich hizo pública la intención de sumar a Ideas del Sur al negocio de la televisación del fútbol. Durante quince días el proyecto se trabajó en las oficinas de la calle Olleros. Tinelli era un hombre feliz. Con nueva pareja, la actriz Guillermina Valdez, esperando su quinto hijo, y con un reconocimiento como dirigente deportivo: San Lorenzo se había consagrado campeón del Apertura 2013. Ante la salida de Juan Antonio Pizzi, Marcelo buscó al técnico que eliminó a San Lorenzo en aquella increíble Copa de 2008. Edgardo Bauza llegaba a Boedo con un objetivo: ganar la Copa Libertadores de América 2014. Pero el amor de verano duró esos días. La verdad sea dicha: La Cámpora se negó a cederle su única herramienta comunicacional certera a un hombre con pantalla en Clarín. Las reuniones fueron intensas. En las mismas estuvieron presentes el propio Tinelli, Zannini, Alejandro Burzaco – CEO de Torneos y representante no oficial de AFA – y Andrés Larroque. La rosca fue tan grande – ejemplo gratuito de lo que vendrá después – que el viernes 7 de febrero de 2014 le bajaron el pulgar a Marcelo Tinelli. La supuesta salida de los periodistas Javier Vicente y Alejandro Apo sirvió como excusa para romper el acuerdo.
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La trama de esta historia tiene dos quiebres. Uno el 30 de julio de 2014, con el fallecimiento de Julio Humberto Grondona. Otro, el 22 de noviembre de 2014, cuando el 51% de los argentinos decidió que Mauricio Macri sea el presidente de la República.
La relación entre Marcelo Tinelli y Julio Grondona fue sólida e intensa. Tanto fue así que el propio hombre de Sarandí le entregó su sucesión. En sus 35 años al frente de la Asociación del Fútbol Argentino, Don Julio buscó segundas líneas que fueran su segura sucesión. Durante largos años, Grondona se rodeó por Eduardo Deluca – histórica mano derecha en la Confederación Sudamericana de Fútbol -; el abogado quilmeño José Luis Meiszner o Germán Lerche, quién fuera titular de Colón de Santa Fe. Todos cayeron en desgracia. El 18 de octubre de 2011, a pesar de la pantomima del empresario mendocino Daniel Vila, Julio Humberto Grondona fue reelecto por noveno mandato consecutivo. Luis Segura, dirigente de Argentinos Juniors, quedó a cargo de la vicepresidencia primera. Pero en los últimos años, Grondona se había recostado sobre alguien ajeno a la dirigencia deportiva. Alejandro Burzaco, CEO de Torneos, era su hombre de confianza. ¿Afinidad? De ninguna manera. Pero Burzaco garantizaba negocios y entrada continua de dinero. Burzaco estaba muy alejado de la lógica de construcción grondonista. Por eso mismo le legó a Marcelo Tinelli su bastón de Mariscal de Campo.
¿Por qué Marcelo Tinelli y no Alejandro Burzaco? Primero, por el carácter popular de Marcelo. Tinelli siempre expresó su rechazo a las Sociedades Anónimas Deportivas, algo primordial en la lógica grondonista. Por otra parte, una conducción tinellista modernizaría las estructuras del fútbol bajo un paraguas protector querido por la sociedad, y no movería – fundamental – las estructuras de poder internas de AFA: el ascenso mantiene con su voto xxx
El martes 30 de julio de 2014 falleció Julio Humberto Grondona. Su deceso produjo un cráter en Viamonte 1366. Sin sucesión clara, el poder entre las sombres lo ejerció Alejandro Burzaco. Fue quien indujo a Marcelo Tinelli, Rodolfo D´Onofrio y Daniel Angelici a realizar un claro golpe de poder. La sucesión en manos de Luis Segura no aseguraba negocios claros. Un sector de la dirigencia deseaba mantener el Statu Quo. Como escorias, se los bautizó Grondonismo Residual. Muerto Grondona, la troica exigía cambiar la estructura de negocios. Una favor de los pocos. La excusa fue el campeonato de Primera División de 30 equipos. Sugerido por Don Julio a comienzos de aquel 2014 «Para ayudar a los más chicos«, el torneo fue aprobado por unanimidad el 29 de abril de aquel año. El golpe tuvo un punto cúlmine una noche de noviembre de 2014. Los popes de Boca Juniors, River Plate y San Lorenzo apuraron a Segura en su propio domicilio. Si creían que muerto Grondona existía una autopista hacia el poder, se encontraron con la Tercera ley de Issac Newton: principio de acción y reacción.
Los dirigentes de clubes de ascenso tuvieron una reacción rápida. Un cambio estatutario los dejaría claramente fuera de la rosca de poder. Ellos fueron los empoderados de Grondona. A diferencia de los dirigentes de los grandes clubes, los representantes del ascenso fatigan a diario los pasillos de Viamonte 1366. Conocen sus recovecos y mentideros. Las mesas de las diferentes categorías de ascenso se unieron bajo el rótulo de Ascenso Unido. Su máximo exponente fue un dirigente con mucha experiencia. Presidente de Barracas Central y yerno de Hugo Moyano. Claudio Tapia, un desconocido para el gran fútbol, tomó un rol preponderante.
Ascenso Unido mostró las uñas por primera vez el 23 de octubre de 2014. A pesar de la pirotecnia verbal de la troika, apoyada y sostenida por grupos económicos-comunicacionales en guerra con el kirchnerismo- la Asamblea de AFA ratificó por unanimidad el nuevo campeonato. Gran revés para Marcelo Tinelli. En esos días el bolivarense se convenció que debía volver sobre sus pasos. Marcelo Tinelli aspiraba a la sucesión de Julio Grondona, pero surgió un problema insalvable: requería de cuatro años de antiguedad como directivo de un club afiliado a AFA para ser candidato a presidente. El cargo que ocupó en San Lorenzo entre 2007 y 2009 era fantasmal ya que nunca había sido ratificado en la asamblea. Por lo tanto, nunca había sido – oficialmente – dirigente del club. Pidió colaboración al gobierno nacional. Su relación no era la mejor desde el affaire FPT. Pero el estado seguía siendo el mayor socio económico de la Asociación del Fútbol Argentino. Máximo Kirchner comenzó a trabajar entre las sombras. El kirchnerismo no quería un titular de AFA con claro signo opositor. El 18 de diciembre se realizó una nueva asamblea de AFA. Se modificó el estatuto. Se acabaron las reelecciones indefinidas y el campeonato de 30 equipos sería pasado en un tiempo prudencial. Pero se ratificó el artículo 50 del reglamento general por el cual el presidente debía tener cuatro años de antiguedad. Por lo tanto, en las elecciones de 2015 no podrían presentarse Daniel Angelici, Rodolfo D’Onofrio, Marcelo Tinelli y Juan Sebastián Verón.
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2015 fue un año intenso. La sucesión de Grondona no tenía fecha. Luis Segura mantenía entre alfileres un poder asediado por tiburones. Todos los dirigentes tenían claro que el futuro de AFA lo determinarían veinte millones de argentinos que elegían presidente en octubre. Pero 2015 fue el año en el cual cayó en desgracia Alejandro Burzaco. El Monje Invisible vivió un mayo terrible. Su figura se hizo pública en la noche del 14 de mayo. Fue la noche del gas pimienta en la Bombonera. Con su infaltable gorra verde, se lo vio dialogando dentro del campo de juego con el árbitro Darío Herrera, el veedor boliviano Roger Bello, los capitanes de ambos equipos y el presidente riverplatense Rodolfo D´Onofrio. Burzaco hizo lo posible para que el partido continuara. Llamados suplicantes a Fernando Niembro, comentarista de FOX y candidato a Diputado Nacional Cambiemos en aquellos días. Burzaco, accionista mayoritario del Museo de la Pasión Xeneize y de Santa Mónica, empresa que maneja derechos exclusivos de televisación de AFA, tuvo su antes y después el miércoles 27 de mayo de 2015.
Ese día la plana mayor de FIFA se reunió en Zurich, Suiza. Allí se realizaría el encuentro anual del organismo. Burzaco se encontraba por la zona. El mundo se estremeció cuando siete altos dirigentes fueron detenidos en el lujoso hotel Baur au Lac. Las órdenes de detención las firmó la jueza estadounidense Pamela Chen del Distrito Este de Nueva York. Burzaco fue uno de los 14 implicados por la justicia estadounidense en el caso de «corrupción generalizada durante las dos últimas décadas» en la FIFA. Se los acuso de fraude, asociación delictiva y blanqueo de capitales, entre otros delitos. La trama de sobornos se tejió en diversos acuerdos de marketing y derechos de televisación de competencias internacionales.
Alejandro es hermano de Eugenio. Diputado PRO 2005-2009, Asesor de Seguridad del gobernador neuquino Jorge Sobisch en 2004, cuando fue asesinado el docente Carlos Fuentealba, Jefe de la Policía Metropolitana macrista entre 2009 y 2011. Su lazo con el fútbol es llamativo: fue el encargado de seguridad del Club Atlético River Plate donde habría tenido trato directo con Los Borrachos del Tablón. Desde el 10 de diciembre de 2015, Eugenio Burzaco es el Secretario de Seguridad de la Nación Argentina.
Alejandro Burzaco se entregó en Bólzano, paradisíaca localidad italiana al pie de los Alpes. El CEO de Torneos confesó su culpabilidad en Nueva York. Se entregó al FBI con la promesa de delatar la trama de corrupción y acogerse al programa de Testigo Protegido. Trasladado a Nueva York, donde nunca pisó un calabozo, Burzaco dejó constancia que Torneos pagaba sobornos ya antes de su llegada y qué, informado de ello, acordó tener un papel activo en el esquema de sobornos. En situación de arresto domiciliario en Nueva York, Burzaco pagó veinte millones de dólares de fianza por su libertad condicional. Torneos, del Grupo Clarín, negoció un acuerdo con las autoridades judiciales neoyorkinas pagando 113 millones de dólares de multa para cerrar el caso.
2015 también fue el año de la Operación Carlos Tévez. El llamado Jugador del Pueblo era figura de Juventus donde se consagró campeón de la temporada 2014/15 y finalista de la Champions League. Pero fue envuelto en una operación donde el amor a la camiseta poco tuvo que ver. Los triunfos electorales de Mauricio Macri y Daniel Angelici no eran claros. El hombre de los bingos y el armado judicial debía enfrentar a fin de año una elección en la cual parecía derrotado. Ambos triunfos eran vitales para el andamiaje de negocios. Boca Juniors había comenzado el año con una sonora goleada en contra. Racing había aniquilado al once xeneize en Mar del Plata. Si pocos días antes el propio Angelici había declarado que por culpa del Corralito su club no tenía dinero, curiosamente aparecieron más de diez millones dólares para cerrar refuerzos: Alexis Rolín, Marcos Torsiglieri, Gino Peruzzi, Fernando Tobio y el excéntrico Daniel Osvaldo. ¿De qué caja salió tanto dinero? De la misma que se abrió para contratar a Carlos Tévez en junio. La operación fue financiada por el Grupo Clarín junto a Banco Ciudad, en esos días bajo la dirección de Rogelio Frigerio, actual Ministro del Interior. Durante largos meses – curiosamente el balotage presidencial – no se hablaba de otra cosa que no fuera Carlos Tévez. El pibe que en pináculo de su carrera volvía al terruño por amor a una camiseta. Una puesta en escena que se desnudó desde Turín: Juventus confirmó a sus accionistas que el futbolista había sido transferido en casi siete millones de pago efectivo en un sólo pago, junto al pase del juvenil uruguayo Rodrigo Betancurt (nueve millones de euros) y la opción de compra a precio vil de otros dos juveniles: Franco Cristaldo y Adrián Cubas. Tévez hizo campaña para Mauricio Macri y Daniel Angelici.
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En los primeros meses de 2015, en AFA no se habló de otra cosa que la modificación del artículo 50. Una guerra de nervios y desconfianzas. Los dirigentes ligados al Grondonismo no querían saber nada con Marcelo Tinelli. Lo trataron de traidor, ya que fue Don Julio quién lo empoderó para defenderlos. En abril de 2015, AFA negó nuevamente la modificación del dichoso artículo. José Lemme, presidente de Defensa y Justicia y bastión del grondonismo, declaraba: «Cambiar el estatuto para que Tinelli sea presidente no es lo más lógico. Si tiene propuestas que venga a trabajar y cuando tenga los años de antigüedad podrá ser presidente».
Pero la cosa no quedó allí. Muchos dirigentes de la nueva Primera División se encolumnaron detrás de Tinelli. La promesa de negocios era la zanahoria. El llamado Tinellismo ingresó en la orden del día del Comité Ejecutivo una reinterpretación del artículo 50. El mismo debía ser votado a mano alzada entre los 44 integrantes del cuerpo. Tinelli necesitaba mayoría simple, proyección que le daba favorable. La situación se tensó en forma brutal. Allí comenzaron a tallar Máximo Kirchner y Daniel Scioli. Los números ya no eran tan favorables al Frente para la Victoria, pero se creía que se alzaría con la elección presidencial de octubre. El gobierno entendía imperioso mantener una buena relación con Marcelo Tinelli. La aparición de los candidatos en el Bailando 2015 generaban expectativa. Si una parodia bien hecha y una frase ganchera le permitió a Francisco De Narvaez derrotar a Néstor Kirchner en 2009, no menoscabar la figura presidencial era fundamental para un nuevo mandato nacional y popular.
Máximo operó directamente sobre Miguel Silva, secretario general del Comité Ejecutivo. Lo hizo por intermedio del senador bonaerense Santiago Carrera. Por su parte, Gabriel Mariotto, vice de Scioli y hombre ligado al FPT, acompañó a Eduardo Spinosa – presidente de Banfield y tesorero de AFA -, uno de los principales operadores de Marcelo Tinelli en las reuniones. Diego Bossio, titular de ANSES, también se movió junto al conductor televisivo. El recuento de voluntades le era negativo al Grondonismo. Para que la sangre no llegara al río, se aceptó la reinterpretación del Artículo 50. A cambio, Ascenso Unido y los viejos grondonistas ganaron tiempo postergando las elecciones. Nacía el Pacto de Viamonte.
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Las elecciones nacionales se realizaron el domingo 25 de octubre de 2015. En la semana previa, los tres principales candidatos pasaron por la noche de Showmatch. Tanto Daniel Scioli, como Mauricio Macri y Sergio Massa fueron recibidos entre risas y chistes por Marcelo Tinelli. Los tres le prometieron públicamente la presidencia de AFA. Pero sólo el ex motonauta y gobernador de la Provincia de Buenos Aires hubiera llevado al empresario televisivo a la conducción de AFA. Pero 72 horas antes de las elecciones se realizó una asamblea definitoria en AFA. Aquel 22 de octubre se resquebrajó el Pacto. En el predio de Ezeiza quedó confirmado el adelantamiento de las elecciones. Serían Marcelo Tinelli y Luis Segura los candidatos. La misma se realizaría el 3 de diciembre. «Tenemos mayoría en la Asamblea«, decía Tinelli en el Pizza Cero de Libertador y Tagle, donde se reunió con su tropa. Luis Segura se reunió con los suyos en la Biblioteca del Sindicato de Camioneros, barrio de Parque Chacabuco. «Segura tiene cuarenta votos«, aseguraba Claudio Chiqui Tapia, vocero oficioso del entonces presidente AFA.
El domingo 22 de noviembre de 2015 cambió el país. Mauricio Macri venció a Daniel Scioli en el balotage presidencial por una mínima diferencia. Luego de doce años de gobiernos populares, un liberal ocuparía la primera magistratura. Macri y Tinelli. Siempre mantuvieron una relación cercana pero llena de desconfianzas. Desde los tiempos que Mauricio Macri soñaba con ser presidente de Boca. Ambos ávidos de negocios y llevando adelante una competencia que superaba lo deportivo. Era la lucha entre el el heredero y ejecutivo de un grupo económico inmenso y el Self-man made. Generacionalmente cercanos: Macri nació en febrero de 1959. Tinelli tan sólo un año más tarde. El electo presidente de la República apostó en secreto para evitar que Tinelli fuera presidente de AFA. En su fuero íntimo, Macri siempre desconfió que el verdadero objetivo del bolivarense es el Sillón de Rivadavia. Daniel Angelici fue fundamental en este andamiaje.
El presidente xeneize es un capítulo aparte. Dueño de un manejo político envidiable. Armador todo terreno. En el fútbol y en la justicia, donde es el operador número 1 del actual presidente. Asumió la presidencia de Boca Juniors en diciembre de 2011 con el apoyo explícito de Mauricio Macri. El 19 de mayo había renunciado a la vicepresidencia segunda de AFA luego del escándalo que motivó la suspensión del Superclásico por Copa Libertadores. Su relación con la Conmebol siempre fue distante. Sobre todo desde la asunción de Alejandro Domínguez, actual titular de la Confederación Sudamericana de Fútbol. La disputa River-Boca se transportó al plano continental. El titular riverplatense se acercó a Domínguez, brindándole pleno apoyo. Por su parte, Angelici fue el artífice de una Confederación paralela: la Liga Sudamericana de Fútbol. Una lucha encarnizada por el poder en la Confederación Sudamericana de Fútbol. Angelici se acercó en silencio a Luis Segura sin romper con Marcelo Tinelli. Una muestra gratuita de lo que vendría luego.
Y el día llegó. Jueves 3 de diciembre de 2015. La noche del papelón histórico. Pasadas las 19hs comenzó la asamblea que dirimiría la presidencia de AFA. Tras unas palabras de compromiso por parte del Secretario General Miguel Angel Silva, se inició la votación. El voto de los 75 asambleistas fue secreto. El escándalo se dio a la hora del recuento: el mismo arrojó un empate en 38 votos. Vale destacar que el acto contó con la presencia de fiscales de cada candidato y la presencia de tres miembros de la Inspección General de Justicia. El caos invadió el predio de Ezeiza. En los días previos, Marcelo Tinelli era el ganador de la elección. En las horas previas se torcieron muchas voluntades. Se tejieron decenas de hipótesis. Los celulares de los asambleistas recibieron desde sugerencias hasta intimidaciones. Desde bingos que dejaran de aportar a la caja de los clubes hasta presiones políticas hacia los clubes. Fue imposible repetir la votación ya que Julio Koropeski y Ángel Lozano, presidentes de Crucero del Norte y Excursionistas, se retiraron raudamente de Ezeiza. Daniel Angelici pidió votar a mano alzada: los dos ausentes eran cercanos a Tinelli. Alguien le recordó al presidente de Boca que estaba prohibido por el estatuto. Marcelo Tinelli en un primer momento se lo vio desencajado. Luego de una pequeña reunión con su gente y Luis Segura, enfrentó al periodismo en una improvisada conferencia de prensa. En la misma declaró: «Estamos todos sorprendidos. Que haya un empate en 38 es muy extraño, sobre todo habiendo gente de la IGJ. Había que volver a votar. Nos opusimos a votar a mano alzada porque no está permitido en el estatuto. Sinceramente a nosotros nos tomó de sorpresa. Genera cierta molestia y fastidio. Tenemos que darnos cuenta que hay un mensaje: en algún lugar está bueno tomarnos este cuarto intermedio y las dos partes se junten a charlar que es lo que vamos a hacer. Estamos sorprendidos y molestos«.
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10 de diciembre de 2016. Con una Plaza de Mayo desierta, asumió Mauricio Macri. Si en campaña declaró que no tocaría la gratuidad del fútbol televisado, todos sabían que en mente tenía dos cuestiones: la rápida salida del estado de Fútbol para Todos – y posterior entrega del producto fútbol al mercado – y la conversión de clubes en Sociedades Anónimas Deportivas.
La avanzada macrista sobre el fútbol tuvo forma de blitzkrieg. El presidente convocó a Fernando Marín para que tomara la titularidad de Fútbol para Todos. El ex gerenciador de Racing Club entre 2000 y 2006 es un viejo conocido de Macri, quién siempre sintió una profunda admiración por el publicista a quién conoció por intermedio de su padre a comienzos de los años 80s. Tan cercano es el vínculo que aquellos que conocen la interna de Blanquiceleste SA aseguran que Mauricio Macri estuvo mucho más cerca de lo necesario. Pedro Marchetta, ex entrenador de la Academia, declaró en 2016 a la revista El Gráfico: «¿No sería Mauricio Macri el que compró la quiebra de Racing? ¿Y que a cambio del gerenciamiento le vendieron el campeonato?. El campeonato de Racing en 2001 fue la gran estafa».
Fernando Marín fue el vocero del estado en la enajenación de FPT. El mismo se apoyó en una fuerte campaña de desprestigio hacia el programa estatal de televisación gratuita del fútbol. A pesar de ellos, la primera medida de Marín fue la entrega a precio de saldo de los partidos más vistos del campeonato a Canal 13 y Telefe. Periodistas que hacía pocos días criticaban a medida de la línea editorial del medio la gratuidad del fútbol, comenzaron a relatar y comentar los mismos partidos. Algunos con seria deficiencias técnicas, como Paulo Vilouta. Relator de goles imaginarios, su pertinaz obsecuencia profesional fue premiada con el premio Martín Fierro al mejor relator deportivo. Igualmente es bueno remarcar un detalle: el FPT Nac&Pop tuvo en su plantel de relatores a Bambino Pons. El mismo que decía aquello de «Yo veo lo que no ves» mientras se mostraban las imágenes de las tribunas. Es necesario remarcarlo y criticarlo.
A pesar de la descarada entrega, algo no vieron quienes querían cambiar las reglas de juego de la Asociación del Fútbol Argentino beneficiando a los ricos: el mapa de nuestro fútbol había cambiado notablemente desde 2009. El dinero del FPT cambió el mapa en forma radical. De 260 millones – último contrato Torneos/Clarín 2009 – se pasó a los 600 millones que abonó el Estado Nacional. De allí un aumento a casi dos mil millones del último contrato. También cambió la distribución. Se hizo notablemente equitativa. En la etapa del fútbol codificado por Torneos (1991-2009), el 80% de los campeonatos los ganaron Boca Juniors y River Plate. Volvieron los equipos chicos a los títulos: Banfield, Arsenal, Lanús y Argentinos Juniors. También descendieron los grandes: River Plate, Independiente, Rosario Central y Gimnasia. En el ascenso, donde antes había pelusas comenzaron a contarse billetes. Se modificaron estructuras. El fútbol se tornó más competitivo. De 2009 a 2015, los clubes afiliados directa o indirectamente, sumaron más de cinco mil trabajadores a sus estructuras. Ese fue el silencioso triunfo del FPT y el mercado interno. Ante ese panorama la estrategia macrista para someter la resistencia de los clubes fue tan solapada como bestial: el ahogo económico.
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Con el nuevo gobierno una vieja idea: la privatización del fútbol. Anhelo del presidente Mauricio Macri. 1993 fue el año de la primera avanzada. Macri, gerente del holding SocMa, aun no estaba inmerso en la vida política de Boca Juniors. Tenía en mente ingresar al fútbol al estilo estadounidense: comprando una plaza para llevar al equipo a una ciudad donde fuera negocio. Su idea era armar un nuevo equipo: Deportivo Mar del Plata. A pesar del impedimento reglamentario, tuvo todo arreglado con Francisco Ríos Seoane para la compra de la plaza del Club Deportivo Español. Si bien tenía cerrado el negocio con el presidente, la masa societaria del club se reunió una lluviosa mañana de junio y votó – a mano alzada – que no aceptaban el trato.
Julio Grondona siempre rechazó la transformación de clubes en empresas. En esos días, Carlos Menem sugirió necesaria la transformación de clubes en empresas. Quien la pasó mal fue Eduardo Seferián, presidente de Deportivo Mandiyú. El empresario textil se expresó favorable a la conversión de clubes en empresas. Los correntinos habían ascendido a Primera División en 1988 y se caracterizaban por buenas campañas, pagos al día (Seferián era un hombre de fortuna) y excelentes planteles conformados por paraguayos y uruguayos. Tanto fue así que en un encuentro de 1991, nueve de los once titulares tenían estas dos nacionalidades. A Seferián el escarmiento le llegó en forma de cambio reglamentario: no podía haber más de tres extranjeros en cancha por cada equipo. Seferián entendió el mensaje y dio un paso al costado. El nuevo presidente de Mandiyú – un club que se manejaba de modo empresarial por haber nacido en el seno de Tipoití, empresa hilandera propiedad del empresario de origen armenio – fue Roberto Cruz. Diputado menemista quién en poco menos de un año decretó el descenso y desaparición de la institución correntina. Un caso inédito en el fútbol argentino.
1993 fue el año de otro experimento. Torneos y Competencias reinaba en el fútbol argentino. Carlos Avila, su presidente, hasta se animaba a plantear un campeonato sin equipos poco rentables. Pero se vivía una situación casi irregular: los clubes, habidos de adelantos económicos de la televisión, comenzaron a ser acreedores de Torneos. Solapadamente, Torneos fue dueña de pases de jugadores. Tanto fue así que la empresa contrató a Carlos Salvador Bilardo como Gerente Deportivo. Pero en julio de 1993, Torneos dio un paso al mas allá: firmó un contrato con Argentinos Juniors para llevar su localía hacia Mendoza. La idea del negocio era armar un equipo competitivo alrededor del regreso de Diego Armando Maradona a La Paternal. Pero el 10 firmó para Newells y el negocio desbarrancó.
Luego llegaron los gerenciamientos. La gran mayoría de ellos terminó en sonoro fracaso. Hay que decirlo: Julio Humberto Grondona hizo lo posible para que esto sucediera. El hombre que fue vicepresidente segundo de una de las multinacionales más importantes del mundo sin hablar inglés, prohibía – en forma solapada – el cambio de figura legal de nuestro fútbol. El hombre de Sarandí era consciente que un nuevo orden desbalancearía – en forma determinante – el orden interno de Viamonte 1366.
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En las primeras semanas de macrismo, Marcelo Tinelli jugó a dos puntas. Por un lado se diferenció del presidente y su política afirmando que San Lorenzo de Almagro no se transformaría en SAD. Por otro lado apostó fuerte a romper las trabas del estatuto de AFA y las asimetrías económicas de nuestro fútbol. Un círculo rojo propuso una solución española a los problemas argentinos. El gobierno avaló con gusto la idea. Nacía la Super Liga.
El ascenso seguía en su postura: la Super Liga era una estrategia más en el estrangulamiento económico de los clubes. En las horas previas a la votación, los dirigentes padecieron una notable apretada por parte del gobierno nacional. Milano volvió a hablar. Esta vez no hubo tono amistoso y descerrajó artillería pesada: «El poder político interfirió en AFA. Es muy claro que la Super liga está generada por el gobierno nacional. No entiendo como la IGJ suspendió las elecciones en AFA. Ahí comenzó el caos. A la FIFA la fue a buscar el gobierno nacional enviando a Fernando Marín. Es un claro atropello a la democracia de AFA. Hace tres meses que el gobierno no paga el dinero correspondiente a Fútbol para Todos. Hay que clubes que se caen a pedazos por esta decisión. Es un ataque del gobierno a la democracia institucional de AFA”. Milano afirmó que “este no es un problema de los llamados impresentables dirigentes de ascenso. El que organizó todo esto fue Angelici y D´Onofrio. Yo lo escucho a D´Onofrio hablar y me agarro la cabeza. Fue vicepresidente de AFA y no presentó un maldito proyecto. Tan solo críticas. El dice que somos todos inútiles y ellos salvadores del fútbol argentino. Me da mucha verguenza esta situación, porque ellos dicen salvar nuestro fútbol pero no saben como será la liga. No tienen idea. No tienen un CEO que la administre. No tienen un gerente de torneo. Hay que sacarla porque se encaprichó Mauricio Macri y la quieren sacar”. “Los clubes hace dos meses y medio que no cobramos el dinero que debería pagar el gobierno nacional por el Fútbol para Todos. En caso que no aprobemos la Super Liga, el estado deberá aportar hasta 2019 el contrato firmado. Yo la escucho a Graciela Ocaña decir que son fondos públicos y no paro de reírme. Dejan de ser públicos cuando llegan a los clubes. Los derechos de televisación los compró el gobierno. Si los hubiera comprado otra persona, no pondrían un centavo. Hay una empresa que está ofertando los derechos, pero como tienen que ser gratuitos hasta 2019, es difícil que los compre”; concluyó Milano.
En las horas previas a la votación por el estatuto de Super Liga el gobierno hizo una jugada pública. Lo hizo por intermedio de Fernando De Andreis, Secretario de Presidencia de la Nación. Hizo notar que sí se aprobaba el mismo se destrabaría una línea de dos mil quinientos millones de pesos, dinero que serviría para paliar los graves problemas económicos de la gran mayoría de clubes. La Super Liga fue aprobada. Pero la promesa de De Andreis pronto se convirtió en desilusión y mentira.
Los medios aliados al gobierno dieron por hecho un nuevo orden del fútbol. Quienes estamos en el día a día no lo dimos por sentado. El 26 de julio, pocos días antes de su fallecimiento, en Radio Gráfica entrevistamos a Emilio Chebel. El histórico presidente de Lanús expresó en Dame Pelota: “La situación de AFA es producto de un largo tironeo por el poder. Irrumpieron en el fútbol dirigentes que no tienen formación en clubes, ni recorrido con compromiso social en entidades de bien público. Moyano viene del sindicalismo, Tinelli de la farándula. Angelici no sé de que planeta vino para ya demasiado daño hizo. Esta irrupción de dirigentes sin límites a sus apetencias le hacen daño a las conducciones. Son quienes se meten a codazos declarándose honestos y transparentes. Esto ya sabemos como termina: con desajustes, bastardeando la participación y desnaturalizando la política. Son los dirigentes que tapan la boca a quien piensa distinto. Los que chantajean y hacen alarde de su acceso a los medios”. Para Chebel “A pesar de las numerosas marchas y contramarchas, a aquellos que quieren privatizar el fútbol no les ha salido del todo bien que querían. Estamos ante una intervención que desembocará en un teórico proceso de normalización. Queda un espacio para trabajar y construir hasta el año que viene. Uno es optimista por convicción. Daremos pelea junto a dirigentes nobles que tiene nuestro fútbol, que son mayoría. Esto a pesar que los medios venden que son una bolsa de corruptos”.
En caso de ser presidente de AFA, Marcelo Tinelli estaría supeditado a Mauricio Macri. Algo que nunca le hubiera sucedió a Julio Grondona. Los votos de ascenso estaban lejos de él. Se recostó en Rodolfo D´Onofrio, conciente que la lucha era desigual y a dos bandas. Por un lado, el Grupo Boca. Por el otro, Ascenso Unido. ¿Con quién aliarse? Twittero serial, el bolivarense disparó con el objeto de demostrar que era el único hombre capaz de modernizar el fútbol y atraer grandes negocios. Tinelli escribió: «Me indigna la situación berreta del fútbol argentino. Los derechos televisivos del fútbol en TODO el mundo crecen por las variadas plataformas. Acá el dinero lo pone…el Estado. Pobres clubes«. Siguió: «El mundo avanza hacia el 5G que va a cambiar todo en derechos audiovisuales, y nosotros seguimos atados a la política». Hubo más: «Acá todas las discusiones pasan por saber si las cosas fueron culpa del gobierno anterior o el actual. La solución a los problemas, veremos«. Finalmente mandó: «El fútbol argentino está ante una oportunidad histórica para poder cambiar. No perdamos el tren. La tecnología cambió todo«. El destinatario de todos sus dardos tenían nombre y apellido: Mauricio Macri y Fernando Marín.
Acto seguido, Tinelli jugó una carta brava al reunirse publicamente con Pablo Moyano. Hijo de Hugo y cuñado de Claudio Tapia. Se tendía el puente Tinelli-Ascenso Unido. Luego de muchos idas y vueltas, parecía que Marcelo había realizado su autocrítica. Si alguna vez creyó qué sería presidente de AFA por fama, fortuna y capacidad de generar negocios, sabía que no era así. Tenía que mancharse en el barro de la política interna de Viamonte 1366. Esa reunión fue una pesadilla para el gobierno nacional. El escenario Tinelli al frente de la Super Liga y Moyano con el control de AFA y Selección Nacional le quitaba el sueño a Mauricio Macri. El presidente jugó la carta de Daniel Vila, pero la misma estaba lo suficientemente desprestigiada en AFA.
Curiosamente, Marcelo Tinelli cometió un error estratégico. El escorpión que pica al empresariado nacional cuando piensa en Nueva York y no en Aldo Bonzi. Dueño de un producto de consumo popular, Marcelo Tinelli cargó nuevamente por los sectores populares del fútbol argentino. Pidió una división económica más profunda del fútbol argentino. Una excelente plataforma futura de negocios no significan dinero para clubes con contratos vigentes y un ahogo económico de cuatro meses por parte del gobierno. El ascenso necesitaba dinero urgente. Si Tinelli había generado pánico en Balcarce 50, ahora estaba en la línea de fuego.
El 21 de noviembre de 2016 se produjo la primera reunión por la televisación futura. Curiosamente, la reunión no se realizó en la sede de AFA o en un hotel. Se llevó adelante en Casa Rosada. Curioso marco para un gobierno que se jactaba de sacar al estado de los negocios privados. Con la presencia de Fernando De Andreis, secretario de Presidencia, los ejecutivos de Fox-Turner ofrecieron dos mil millones de pesos. Una oferta por demás baja a pesar de la alegría de De Andreis y Fernando Marín. Un estado haciendo dumping con un producto de terceros. Una verguenza en cualquier otro lugar del mundo.
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La oposición a Marcelo Tinelli y Daniel Angelici era durísima por parte del Ascenso. Curioso, ambos dirigentes se detestaban sin reparos. Se sumaban voces al armado super-estructural del Círculo Rojo. Javier Pipo Marín, influyente dirigente de Acassuso, decía en Radio Gráfica: “Los seis meses que Angelici y Lammens manejaron la AFA fueron los seis peores meses. Dicho esto, no podemos prescindir de nadie. Nosotros estamos en la doctrina de quienes no queremos dejar la puerta abierta para las Sociedades Anónimas. Hay intereses que están llevando a que la opinión pública piense que la administración deportiva es corrupta. ¿Hay dirigentes deportivos corruptos? Si claro, pero tenemos que separar la paja del trigo. El mayor problema que estamos teniendo es al gobierno nacional presionando para cambiar la estructura del fútbol”. Finalmente, Pipo Marín desenmascaró lo que sería la estrategia privatizadora: “Tanto el estado como los clubes hemos manifestado nuestra voluntad de salir del contrato del futbol. Si ambas partes estamos de acuerdo, ¿Por qué la Comisión Normalizadora no elevó los pliegos para licitar el fútbol? Los clubes no tendrán un contrato para con los privados. El fútbol seguirá financiando el fútbol para que dentro de un par de meses lleguen los grandes salvadores con las Sociedades Anónimas. Ese es el libreto que está armado”.
Hasta existió un contra ataque. Desafiante, Jorge Milano decía en Abrí la Cancha: “A nosotros nos mintieron cuando nos dijeron que había 2.500.000.000. Eso lo expresó De Andreis (Secretario de Presidencia) y Fernando Marín en una reunión de dirigentes. Ahora la situación es otra. Al ascenso no lo convocaron para discutir la Super Liga. Tuvimos algún acercamiento con dirigentes de clubes grandes y nada más. Saben que somos la pata que les falta, pero nos pondremos de acuerdo solo si nos conviene. No pondremos palos en la rueda, pero tenemos que estar de acuerdo todo el ascenso”. Milano declaró: “lo peor es que los dirigentes de los clubes grandes ya eligieron presidente, vicepresidente y estatuto. Nosotros, que seríamos partícipes, ni estamos enterados. Si los clubes grandes pretenden salvar el fútbol argentino con algo nuevo e innovador, arrancan mal. Si vamos a cambiar, cambiamos todos juntos”. Para el dirigente de Villa Dálmine, Ascenso Unido “tiene una representatividad como nunca tuvo. Supimos unirnos al Consejo Federal y las Ligas del Interior. Somos la gran pata del fútbol argentino. No nos pueden avasallar. Debemos participar en todas las decisiones que tomen AFA y los clubes grandes. No estamos preocupados porque se forme la Super liga, sino que los instamos a que nos llamen a participar. Si no nos llaman, no la aprobamos”. Finalmente, Milano expresó: “somos luchadores por nuestros clubes. Tenemos la esperanza que entre todos haremos un proyecto superador para AFA. No solo con la Super Liga, sino con todas las categorías: B Metro, C, D y Ligas. Sería egoista no defenderlas como corresponde sabiendo que podemos estar ahí”.
Oscar Ferreyra, presidente de Los Andes, también pegaba: “Hay dirigentes que están implosionando el fútbol argentino. Los dirigentes del Nacional B no fuimos invitados a participar de la puesta en valor de la televisación del fútbol. O sea, los dirigentes de los equipos llamados grandes están negociando el precio sin nuestra presencia. Están sucediendo cosas que no sucedían. Dirigentes de River Plate que publicamente plantean de armar una copa si no clasifican a una y diariamente presentan apelaciones. Los mismos dirigentes que le intentan robar jugadores a Argentinos Juniors y en vez de pedir disculpas, declaran ‘Argentinos Juniors ya no tiene la vaca atada’. Hay una nueva dirigencia empresarial, gente sin códigos y con una soberbia terrible”.
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Marcelo Tinelli estaba acorralado. Tanto Mauricio Macri como Ascenso Unido pusieron precio por su cabeza. Su peor escenario sería la unidad entre ellos. En diciembre de 2016, la jueza María Romilda Servini de Cubría dictaminó el llamado a Asamblea Ordinaria y Extra Ordinaria con fecha límite el 30 de diciembre. El gobierno – que publicamente decía estar desligado del contrato de FPT pero seguía siendo dueño del mismo – debía varios meses a los clubes, quienes se declararon en Alerta Permanente. Alejandro Korz recordó las medidas que tomó la jueza cuando la Comisión Normalizadora – completamente decadente en pocos meses – se hizo cargo de AFA: “En su momento Servini de Cubría le permitió a la IGJ que tomara la decisión de designar mas veedores y suspender las elecciones por 180 días. Y ahora cuando todos teníamos conocimientos de que la normalizadora tenía como funciones como por ejemplo la reforma del estatuto, que todavía no llegó la versión del nuevo estatuto, manda a que antes del 30 de diciembre se convoque si o si a elecciones. En estos cambios uno ve movimientos internos que tiene que ver con propia gente de clubes grandes de primera o con sectores del gobierno que también tienen internas y poder, y que son los que generan este tipo de situaciones”.
La Asamblea del 30 de diciembre firmó el certificado de defunción de la Comisión Normalizadora y realizó un llamado a elecciones. La misma se realizaría el 28 de abril de 2017. Para Marcelo Tinelli la rosca política se hizo irreversible la tarde del 13 de enero de 2017. Si meses atrás su reunión Con Pablo Moyano generó urticaria en el seno macrista, la reunión realizada en el hotel del Sindicato de Camioneros de Mar del Plata cambió el orden de las cosas. En la misma mesa se sentaron Hugo Moyano y su hijo Facundo, Daniel Angelici y Claudio Chiqui Tapia. Allí trazaron una estrategia conjunta hacia el nuevo escenario del fútbol argentino. Claudio Tapia sería el candidato a Presidente. Daniel Angelici el titiritero. Si bien la ecuación cerró en Balcarce 50, no así a muchos sectores allegados al presidente quienes ven una ecuación demasiado hostil para futuras políticas.
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La estrategia de Marcelo Tinelli cambió. Reforzó su imagen de exitoso hombre de negocios mediáticos. Por un lado negoció con el gobierno nacional la rescisión del contrato de Fútbol para Todos. El mismo tenía vigencia hasta junio de 2019. Una proyección del lucro cesante estaría en el orden de los cuatro mil millones de pesos. El gobierno ofrecía trescientos cincuenta millones de pago efectivo para cerrar el mismo. Marcelo Tinelli tomó la propuesta como válida y proponía la venta inmediata de los nuevos derechos. La guerra era abierta. El grupo Moyano-Angelici no quizo saber nada con ese arreglo. Por otra parte, el bolivarense trajo una oferta por demás seductora: ESPN quería comprar los derechos de televisación del fútbol argentino. Ofrecía más dinero que Fox-Turner y mejores perspectivas futuras a través de nuevas tecnologías. Finalmente, oferta de Media PRO mediante, sucedió lo que todos imaginábamos: Clarín tomó nuevamente el control de un negocio que permitió la diversificación del grupo: la televisación del fútbol argentino.
En esos días escribimos un informe titulado: «Detrás de Fox&Turner, se asoma Clarín». El mismo lo reproducimos:
Ya no será como antes. El mundo ha cambiado y las tecnologías se han diversificado. Por delante aparecen dos empresas de la comunicación antagónicas en cualquier lugar del mundo salvo Argentina. Publicamente, Fox y Turner parecen ser las encargadas del negocio, pero sabemos que no es así. El intríngulis interno de las empresas es complejo pero vital para comprender el negocio: Torneos (ex TyC) tiene a su cargo la producción de Fox Sports para el Cono Sur. Turner pertenece a At&t , histórica empresa estadounidense de telecomunicaciones, que es la dueña de DirectTV. Esta, a su vez, es la dueña de Torneos. Ergo, todo remite a AT&T, socio del Grupo Clarín en el negocio de la telefonía. Clarín es el dueño de Cablevisión. Cartón lleno.
Si bien aún no se conocen los montos exactos del nuevo contrato, estamos hablando de cifras millonarias: mil doscientos millones de pesos en concepto de llave. Ese sería el dinero que negoció el gobierno con Clarín y AFA. Este dinero es el que debía pagar el Estado por la rescisión de un contrato que tenía vigencia hasta junio de 2019. Por otra parte, el contrato anual que ingresaría a la casa central del fútbol argentino estaría por encima de los tres mil millones cada 365 días. El mismo tiene una duración de cinco años.
ESPN y la española MediaPro también pugnaban por los derechos. Ambas sabían que corrían en franca desventaja por lo que significa el Grupo Clarín. Las claves de este contrato hay que encontrarlas en dos puntos: la decisión del Poder Ejecutivo de devolver favores prestados al Grupo Clarín. Por otra parte, el multimillonario juicio que estaban llevando adelante Torneos y Trisa (empresa de televisación de Clarín y Torneos) por la finalización anticipada del contrato de 2009. Se estima que ante un fallo en contra, AFA debería abonar ocho mil millones de pesos. La presión que puede ejercer el grupo de calle Tacuari sobre el Poder Judicial es una realidad conocida por todos.
Curiosamente, Fox-Turner – reiteramos, dos empresas antagónicas y sin supuesto anclaje nacional – presentaron una constancia en la cual aseguraban que Televisión Satelital Codificada desistiría del juicio contra AFA si eran ellos quienes se quedaban con los derechos. Sin dudas, una situación irregular en el marco de una licitación entre empresas: una externa que tercia contra sus propios intereses en beneficio de una tercera. “En España, una carta así estaría contraviniendo la legalidad”, aseguró Tatxo Benet, CEO de Mediapro. Por su parte, en ESPN consideran que el procedimiento fue sui generis y evaluarían efectuar una protesta.
El gobierno nacional ofició de actor principal en esta realidad. En campaña, Mauricio Macri prometió que la gratuidad del FPT continuaría. Con mucha hipocresía sostuvo: “¿Por qué yo me tengo que intoxicar, en un momento lindo, viendo a Boca? ¿Por qué me tienen que meter la política en el medio?”. Lo cierto es que Mauricio Macri tuvo muy claro que el negocio del fútbol debía entregárselo a Clarín.
El presidente designó a Fernando Marín, ex gerenciador de Racing Club, a cargo de FPT. Lo hizo en plan de enajenador. En enero de 2016 comenzó el estrangulamiento económico de los clubes. Su principal alfil fue Daniel Angelici, quién pretendió tomar AFA de facto junto a Rodolfo D´Onofrio y Marcelo Tinelli. Fallaron. El siguiente paso fue no pagar la cuota correspondiente de FPT a AFA. En junio la situación se hizo insostenible. La casa central del fútbol nacional fue implotada por el gobierno nacional. Llegó la intervención de facto. La constitución de una Comisión Normalizadora impresentable. Al frente de la misma se lo puso a Armando Pérez, presidente de Belgrano de Córdoba, dueño de Tsu Cosméticos y único empresario al cual puede decirse que llevó adelante un gerenciamiento exitoso en el fútbol nacional. Como número dos quedó Javier Medín, abogado de Boca Juniors, y con pasado en SOCMA (Sociedades Comerciales Macri). Clarísimo, ¿No?.
Un dato. En julio del año pasado lo adelantamos en Radio Gráfica: detrás de Turner-Fox estaba Fernando Niembro. El veterano periodista fue el encargado de enlazar las empresas y generar el negocio. Otro dato: ¿Como es posible que las reuniones entre los CEO de ambas empresas se haya realizado en Casa de Gobierno y no en AFA? No sucedió una, sino dos veces. El lobby fue impúdico.
El futbol dejará de ser gratuito. Existe un reflejo social diferente a 1991, cuando comenzó la codificación del fútbol. En aquellos días menemistas, en los cuales Clarín peleó el negocio a brazo partido contra Editorial Atlántida, no existía un reflejo popular cercano de televisación de fútbol. Tan sólo en algunos partidos internacionales de Selección Argentina. Hacía más de una década que no había partidos de primera división en vivo. Es más, los partidos de Copa Libertadores o SuperCopa se daban – en muchos casos – en diferido. El pueblo se había acostumbrado al resumen de Fútbol de Primera o Todos los Goles. La codificación del fútbol se vivió como una novedad positiva. Era la posibilidad, por algunos pesos convertibles, de mirar en vivo los 90 minutos de juego. Fue el gran negocio de Clarín. La compra de cientos de servidores de cable – mil millones de dólares, arriesgan algunos – le permitió al Grupo ser dueños del monopolio de las telecomunicaciones. Los que conocen los números del grupo estiman que Clarín perdió entre 10-15% anual de su facturación por carecer en forma directa de su producto fútbol.
El fútbol es gratuito desde agosto de 2009. Toda la sociedad se acostumbró a ver todos los partidos desde el living de su casa sin pagar. Más allá del zonzo que no comprende que el fútbol es una industria cultural de alto valor agregado y sigue creyendo que el dinero estatal irá a salud y educación – áreas cada vez más desfinanciadas – la pregunta que nos hacemos es ¿Cómo impactará en la sociedad una suba desmesurada del servicio de cable? ¿Se tragará aquello del sinceramiento? ¿Aceptará mansamente los nuevos tiempos? Son interrogantes que se irán develando en un complejo año electoral, en el cual los indicadores económicos no le son nada positivos al gobierno nacional. ¿Tejerá otra alianza con Clarín para proseguir con la gratuidad del fútbol hasta pasado octubre? Todo es posible siempre y cuando haya un negocio mayor a la vuelta de la esquina.
Finalmente, un tema tan silencioso como importante. ¿Donde se firmará el nuevo contrato de televisación de nuestro fútbol? Los nuevos dueños de la tele quieren hacerlo, si o si, en Nueva York. ¿Por qué? Porque entienden que bajo las normativas legales neoyorkinas sus intereses estarán blindados ante posibles avances populistas. La sola mención de FPT genera urticaria y nadie sabe que pasará en 2019 por estas tierras.
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Marcelo Tinelli ya no tenía mas nada que hacer: Había sido derrotado. El hombre que tuvo todo para ser el presidente más popular del fútbol argentino fue derrotado por la estructura política y por dirigentes de club de Ascenso. La derrota se hizo cara de goma en la tarde del 23 de febrero pasado. Conferencia conjunta de la nueva AFA. La excusa fue la recepción de los sobres de las empresas interesadas en la compra de los derechos audiovisuales. Un eufemismo: todos sabíamos que Fox-Turner-Clarin-Direct TV ganarían.
El principal escollo para el tándem Angelici-Tapia estaba en Casa de Gobierno. Allí querían a Alejandro Marón, presidente de Lanús, al frente de AFA. Tarde. La cartas estaban echadas. En esa mesa que parecía chica ante tantas personas se sentaron los hombres claves de esta historia. La presidía Armando Pérez. Vestía radiante traje blanco y se lo veía feliz. No era para menos. Se estaba recuperando de un complejo percance de salud. Antes de asumir al frente de la Normalizadora le habían asegurado que lo suyo sería nominal. La realidad es que casi pierde la vida. Hugo Moyano y Víctor Blanco no mostraban mayores emociones. Quienes estaban en el centro de la escena fueron Daniel Angelici y Chiqui Tapia. Se sabían ganadores. Marcelo Tinelli, el hombre que cautivó a millones de argentinos desde 1990, portaba una indisimulable cara de tristeza y derrota.
No fue necesaria la elección. Marcelo Tinelli se bajó de la misma. Claudio Tapia fue erigido presidente de AFA. Tinelli-D´Onofrio y Gámez fueron los grandes derrotados. Tanto Nicolás Russo como Juan Sebastián Verón supieron articular políticas con los vencedores. Marcelo sufrió el tiro de gracia con la desprolija salida de Edgardo Bauza, el entrenador que llevó a San Lorenzo a la gloria continental en 2014. Sergio Levinsky, periodista y autor de «AFA, el fútbol pasa, los negocios quedan», declaró en Abrí la Cancha sobre la renuncia de Tinelli: «Los problemas de salud y estrés jamás hubieran sido obstáculos para continuar. Hay muchas cosas que no le gustaron para nada y se dió cuenta de que lo caminaron. Lo caminó un sistema muy preparado, muy aceitado para jugar a largo plazo. Esto es lo que Tinelli nunca pudo entender de la AFA. Es un juego distinto al que él no está acostumbrado. Él va por el juego de comunicación, del marketing, de televisión, con interéses comerciales que no tiene nada que ver con el fútbol». Agregó: «Quiso cocinar todo en Puerto Madero en lugar de hacerlo en Viamonte 1366 y eso es muy complicado. Lo intentaron dirigentes con mucha mayor capacidad intelectual y operativa como Carlos Heller y Fernando Viele en los 80s y 90s pero no pudieron, lo intentó Raúl Gámez, que ahora vuelve por la Super Liga a partir de la salida de Tinelli, y tampoco pudo durante muchísimos años. Gámez tampoco estuvo convencido con Tinelli, solo lo apoyo porque era el mal menor. Marcelo nunca encontró aliados dentro del fútbol, me parece que él menospreció mucho a los dirigentes curtidos, a dirigentes que llevan metidos en fútbol mucho tiempo, y eso es un error. Se encontró con un sistema que se lo terminó comiendo a él y se terminó yendo por eso«. Finalizó: «Tinelli tenía total seguridad del pacto que había llegado con Claudio Fabían Tapia. Un pacto político que aún continúa.Nosotros nos vamos con la Super Liga y a usted le dejamos la AFA. Por esto Marcelo quería poner un CEO para manejar técnicamente la cuestión de la Superliga. Pero lo que hizo «Chiqui» Tapia fue otra cosa- Nosotros nos quedamos con la AFA y, pero quedan cuatro meses para la Superliga, despúes vemos que hacemos con la Superliga- En cuatro meses puede pasar muchas cosas».
El futuro dirá si el hombre de Bolivar regresa al fútbol. Hoy está en los cuarteles de invierno. Tendrá que capear el momento político. Marcelo Tinelli, quién supo armar y consolidar un imperio con la convertibilidad menemista, sostenerlo durante los años kirchneristas, tiene un enemigo de cuidado en Balcarce 50. El mismo que lo alejó del sueño de presidir AFA. A pesar de los notables errores propios.
(*) – Periodista y escritor. Autor de Héroes de Tiento, historias del Fútbol Argentino 1920-1930. Colectivo de Dirección de Radio Grafica / La Señal Medios / xenen.com.ar. Conductor de Abrí la Cancha.