Por Lucas Molinari (*)
Todos los días leemos cómo el macrismo rompe lo construido. Arsat con competencia extranjera, Aerolíneas lo mismo. “Achicar el estado para agrandar la nación”, palabras del canalla Martínez de Hoz que retumban al ser la política hoy de los Prat Gay y compañía.
¿Y la CGT? Acordó el bono, que no es obligatorio, que puede ser en cuotas. Y ahora marcha por la “emergencia social”. Es decir que la cúpula de la dirigencia sindical pasó de pelear sólo por el impuesto a las ganancias a limitarse a pelear junto al sector de la economía popular. La pregunta es si el problema real no es el tajante respeto a la gobernabilidad.
Dos de los tres del Triunvirato son del Frente Renovador. Espacio político que co-gobierna. Mientras hace críticas parciales a proyectos como el de “asociación público-privada” en el Congreso, o plantea críticas respecto a la ola de importaciones, en realidad su referente es parte del acuerdo de Davos.
Por su parte el Movimiento Evita, Barrios de Pie y la Corriente Clasista y Combativa acuerdan de manera permanente con la gestión. De hecho se está realizando un relevamiento de villas, en el cual participan junto al estado. En sus discursos, el respeto tajante de la gobernabilidad se ha planteado en cada escenario.
El problema del respeto de todo es que Macri no respeta nada. Empecemos por la cárcel a Milagro Sala, los miles de despidos arbitrarios, la entrega de la causa Malvinas…
Pero no se trata de señalar aquí sino de debatir. Porque a su vez la partidocracia sólo mantiene en alto la calculadora electoral, a lo que grupos de militancia genuina se suman quizá por pensar “es lo que hay”.
Y todos los días vemos centros de estudio que calculan cómo están rompiendo todo.
Porque el enemigo piensa con estrategia y muchas veces en el campo popular el “tacticismo” se lleva todo puesto.
En Tierra del Fuego, el diputado y dirigente de la UOM Oscar Martínez denunció que se la quiere “despoblar”. Con un censo para saber de qué provincia es cada laburante y plantear, a partir de allí, el regreso a la tierra natal. Esto está en el marco del avance oficial con el bloque del Tratado Transpacífico y la proyección de bases militares de la OTAN, que se suma al desguace del entramado científico técnico nacional.
En este escenario está la CTA de Yasky que plantea la pelea como bloque, al igual que la Corriente Federal de Trabajadores. Se había afirmado que “el paro nacional no va a pasar de octubre”. Es una victoria del gobierno haber llevado a acuerdo por migajas a un Triunvirato muy cuestionado.
Ahora bien ¿se va a caer esa dirigencia? ¿Cuál es la situación “por abajo”? Humildemente, del debate cotidiano y del recorrido periodístico en Radio Gráfica, vale arriesgar alguna respuesta. La dirigencia parece firme pero la bronca crece por abajo. Debe surgir la dirigencia que convoque a pelear en bloque y a evitar que la destrucción sea norma.
(*) Periodista de Radio Gráfica, conductor de «Punto de Partida».
Imagen: Hispan TV