marzo 10, 2025

1/17 | ¿Por qué soy peronista?

1/17 | ¿Por qué soy peronista?

Por Fernando Protto *

Vivo la política desde los 8 años, cuando mis viejos me llevaron a un acto del Partido Justicialista en Mataderos, según mi viejo uno de los oradores fue Saúl Ubaldini y el acto se hizo en la esquina de Murguiondo y Alberdi. No recuerdo casi nada de aquel día, solo que fuimos y volvimos en el colectivo 80 y yo en algún momento me dormí, pero lo que quedo grabado en mi memoria fueron dos imágenes grandes de Perón y Evita que estaban en el palco. No sabía quiénes eran, pero mis viejos los querían y admiraban. Los años pasaron y también pasaban las discusiones políticas entre mi hermano (que militaba en el PI) y mi viejo sobre cuál era el rumbo del país; pasaron los 13 paros a Alfonsín y ver a mi viejo volver a la noche, después de una larga y violenta jornada de lucha; pasaron las elecciones de 1985, 1987 y la de 1989 y ver el barrio Piedrabuena lleno de gente que iba y venía a votar, con los taxis listos para llevar a la gente; paso la hiper inflación y los primeros años del menemismo y mi viejo embroncado por no poder sostener los puestos de trabajo de los compañeros; pasaron los días del metalúrgico y los asados de Pirelli, donde conocí a un hombre que mi viejo respetaba y era Lorenzo Miguel (estaba re contento de darle la mano y que me golpeara la cara y me dijera: hijo de Tigre, tu padre es un buen hombre); pasaron las caravanas de Menem y pegarle sobre la pollera a mi mamá un sticker del Síganme que lo paseo por el barrio; pasaron los 90 y ver la decadencia de un partido que mi viejo no dejo aunque no volvió a votar; pasaron muchas cosas y todas las fui aprendiendo y viviendo, hasta que hoy, 35 años después, me sigo haciendo la misma pregunta: ¿Por qué soy Peronista?

A tan solo 17 días de conmemorar el 17 de Octubre de 1945, fecha festiva, religiosa e iniciática de todo peronista, decidí escribir sobre lo que para mí es el peronismo y, tal vez de alguna manera, responder a la pregunta anterior. Alguna vez Eva Perón dijo: “El peronismo no se aprende ni se proclama, se comprende y se siente, ha dicho Perón.” En casi un acto de fe, pero sin un dogma que seguir y dejándolo al accionar de cada uno, Evita nos marco el camino de por qué se peronistas. En esos debates que mi viejo y mi hermano  tenían, algunas vez me dijo mi hermano, que ante la inquisitoria de por qué era de un partido que ya carecía de líder, porque estaba muerto hacía unos años, mi viejo le dio casi la misma respuesta que a mi muchos años después, a él no le había dado nada en mano el peronismo, pero le dejo algo, que fueron derechos, esos derechos que lo hicieron pelear desde que empezó a trabajar y hasta que termino sus días. Con el tiempo, yo le pregunte a mi viejo por qué había aceptado tan tranquilamente que mi hermano se hiciera de izquierda, entonces me dijo: que prefería eso a que tuviera ideas contra el pueblo. Este sentimiento podía ser razonable y racional pero sin calor popular, sin creer en que la realidad se podía cambiar y sin comprender que los únicos privilegiados eran los sectores populares no había ni movimiento ni partido para mi viejo. Esto me generaba contradicciones en mi adolescencia y juventud, porque no podía ser del partido que era mi viejo, pero no podía evitar decir que era peronista, si el peronismo era mi cuna, era mi viejo y era mi historia.

Cuando Leonardo Favio editó en VHS su obra Perón, Sinfonía del Sentimiento, mi viejo sin falta compró cada uno de esos videos que salían por semana y sin falta los veíamos a la noche en la vídeo casetera, entonces pasaba algo que nunca había visto, mi viejo estaba emocionado, el entrerriano nacido en 1940, hombre que escuchaba más de lo que hablaba, de carácter duro, llenaba sus ojos de lágrimas que no salían pero estaban, ante lo que veía en la tele, eso sueño real que fue el primer peronismo. Eso me llevo a dejar de proclamar y aprender, para empezar a comprender y sentir, por qué mi camino empezaba a ir hacia el peronismo…

(*) Columnista de historia en Desde el Barrio

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