Por Adrian Berrozpe *
Hace algunas semanas un hombre intento robarle a otro. Este, que tenía una pistola persiguió al primero (quien le había querido robar) y le disparó por la espalda, produciendo su muerte. Hasta acá un hecho más de lo que se podría llamar inseguridad. Sin duda un acto lamentable desde donde se lo mire. Pero para algunos periodistas y medios decidieron que esto iba más allá.
En esta nota no vamos a hablar del hecho en particular, de eso que se encargue la justicia (ese es en verdad trabajo de la justicia y no de los justicieros), aunque si fue necesario describirlo, porque el acto de violencia no terminó allí sino que se agrandó, se deformó, se midió, se pesó y nos volvieron a vender pescado podrido para todos.
El primer punto que debemos ver, es la funcionalidad ideológica que se le dio al episodio, desde la dialéctica se buscó categorizar a los actores, al primero se lo denominó “chorro” y al segundo “médico justiciero”, al hecho se lo determinó de la siguiente manera “médico mata a chorro” y algún periodista de renombre al ser consultado por el hecho en un programa cargado de de frivolidades (el programa era Animales Sueltos y la pregunta se la hizo Fantino a Feinman) fue más allá aun y dispuso que la muerte del primer actor solo se trataba de “Uno Menos”.
Desclasificamos lo ocurrido porque ningún medio importante busco hacer un análisis de lo que había pasado, sino que lo utilizaron para legitimar la violencia de un sector social hacia otro. Su búsqueda moral es constante, creen tener la vara para decir cuál violencia es buena y cuál es mala. Ellos te venden “que las chicas humildes se embarazan para cobrar un plan, que los villeros se cuelgan de la luz pero tienen Direc TV, que los pibes que te piden monedas ganan el doble del sueldo que vos y que los cartoneros son una mafia que trafican paco”. sin dudas popes ideológicos que buscan cargarnos de indignación y arrancarnos un odio de clase, sin duda discursos permeables a ciertos sectores.
El segundo termino es cómo utilizan ese discurso para solventar sus propios actos salvajes y violentos me lo voy a permitir contártelo de la siguiente manera: fuiste al bar después del laburo a tomarte una merecida birra y ves el noticiero con los siguientes grafs “la policía despeja la autopista, piqueteros cortaban por más planes”, entonces vos te llenás de indignación y se te pasa por la cabeza “menos mal que sacaron a esos vagos así llego a casa temprano”.
Pero lo que no te cuentan es que estos “piqueteros/vagos” son laburantes desempleados, precarizados, que fueron echados de su laburo, que capaz tiene posiblemente una familia, compañero/a, hijos e hijas o tal vez hasta algún abuelo o abuela que no pudo acceder a una jubilación digna porque nunca lo emplearon en blanco o por que las AFJP (como a muchos) los cagaron, hasta te diría que más de uno se hace cargo de nietos o de sobrinos que quedaron en el camino.
En el medio de todo esto te venden soluciones mágicas, te muestran filósofos filosos y periodistas con la palabra autorizada, te dicen que hay dos voces y hay una sola, la de la clase dominante, que es sin duda la que decide que es necesario que la inseguridad te penetre hasta el corazón, y como quien no quiere la cosa te dicen que hay una grieta entre la gente bien (o sea vos pobre laburante) y la gente mal (los piqueteros, los chorros y los vagos). Para que esto funcione necesitan construir la imagen de enemigos naturales de la gente.
Sin embargo la grieta existe desde hace mucho, desde el momento en que te viste obligado a vender tu fuerza de trabajo para sobrevivir al dueño de los medios de producción. la grieta existe porque existen opresores, que se enriquecen a costa de los muchos; así tenemos hombres que esclavizan y hombres que buscan ser libres. estamos en un sistema perverso, el sistema capitalista, donde para que funcione tiene que haber miseria para que el mismo sistema siga reproduciéndose, porque para que haya ricos tiene que haber otros muchos que sean pobres.
En este juego perverso que se alimenta con el sudor de unos y el hambre de otros, hay quienes dicen que llueve, pero ojo, puede ser que en realidad te estén meando.
• Radio Gráfica.