Por Lucas Molinari (*)
El pasado jueves una multitud copó las calles. Un 24 con reivindicaciones varias. Las principales referidas a mantener lo conquistado. El movimiento obrero marchó junto a los organismos. Estatales, gráficos, bancarios, curtidores, docentes, metalúrgicos entre otros sindicatos se hicieron presentes.
En un contexto de despidos, de pérdida del poder adquisitivo de los trabajadores, de avance de un plan económico liberal, la masividad no es un dato menor. Porque el canto de “vamos a volver…” tuvo fuerte adhesión en gran parte de las columnas.
Ahora bien, ¿esta masividad daña al gobierno macrista? Un debate a la orden del día es sobre qué oposición debe construirse. En el Congreso de la Nación vemos con claridad como prendió la tendencia del “opoficialismo”. De allí que avance la derogación de las leyes Cerrojo y de Pago Soberano.
Parece haber una orfandad política para quienes plantean gestar una oposición fuerte. ¿Qué pasos dará CFK? Claramente el Frente para la Victoria es la única fuerza política con posibilidad de frustrar la intentona macrista de construirse como nueva hegemonía.
Mientras tanto mucha pelea en agenda. Bancarios hace más de un mes acampan frente al Banco Central, van por un paro nacional. ATE hará vigilia el 30 de marzo por la promesa de más despidos al finalizar miles de contratos el 31. En 4 de abril habrá paro nacional docente. Y sigue la lista.
A la vez se debate la unidad del movimiento obrero. Y se proyectan construcciones como la Corriente Político Sindical Federal. Donde se plantea la necesidad de un programa. La consigna con la que se marchó el 24 de marzo “los trabajadores somos la patria”, con los logos de la CTA y la CGT, es una muestra de lo que se viene.
Claro que este fenómeno de lucha nunca será transmitido por los medios del sistema. De allí que en la nueva etapa conservadora en marcha, está muy presente el debate sobre qué comunicación debe aportar a proyectar lo nacional y popular. Los 30 mil ejemplares del Tiempo de los trabajadores esperemos que exija la autocrítica a la política de medios del pasado gobierno.
La masividad del 24 dejó la contundencia de ser pueblo en la calle. Pero las preguntas sobre qué respuesta política dar al gobierno están latentes. Casi cuatro meses de gestión de shock. Y van por mucho más. Como expresó un dirigente sindical “si a este gobierno le va bien, al pueblo le va a ir muy mal”. Afirmación que tiene como corolario la oposición intransigente al avance liberal. ¿Estará la clase política a la altura de las circunstancias?
Por lo pronto este 30 de marzo en el Senado la mayoría del FPV dejará pasar la oportunidad de hacer patria. El acuerdo buitre tendrá mayoría. Y nuevamente aparece en la historia quienes dicen “hacer lo posible” y quienes contradicen “exigir lo imposible”.
(*) Conductor de Punto de Partida / Radio Gráfica
