diciembre 22, 2024

Para la Libertad

Para la Libertad

Por Fernando Aníbal Protto*

Desde los albores de la Argentina Moderna, aquella que dejo atrás las guerras de independencia y las luchas civiles, los intelectuales sobrevivientes de la generación del 37 y la del 53 se fueron ubicando políticamente para organizar al estado nacional tras la figura de Julio Argentino Roca, el héroe de la Campaña del Desierto y gran unificador del Estado Moderno Nacional. A través de su liderazgo firme, sin dudas y certero organizo a la joven República Argentina en base a la vieja generación de intelectuales y a los nuevos grupos formados en el positivismo europeo. Se dejo de lado el pensamiento religioso, el espacio colonial, la tradición hispánica, la formación tradicional, por un nuevo modelo de ciencias científicas, desarrollo tecnológico, conexiones trasatlánticas y crecimiento económico. Pero éste nuevo mundo, solo era para unos pocos, para aquellos que se repartían el poder, para quienes integraban los negociados con el estado, para los agentes del capital moderno. El indígena diezmado y desolado, el negro liberado pero negado, el gaucho pobre y dominado y el inmigrante perdido y explotado no disfrutaban de las vacas gordas del naciente estado liberal argentino. Ante este marco de situación y de la confluencia de las viejas tradiciones federales, de las antiguas organizaciones negras, de la lealtad de la palabra y de la organización de los obreros surgieron con el correr del tiempo, diversas voces que se levantaban desde la protesta o la acción militar contra un régimen, que tras una máscara de felicidad para todos, ocultaba la riqueza de un grupo selecto.

Con el correr de los años y de las luchas, surgieron en la historia argentina, diversos movimientos que lograron hacer carne a las necesidades de los sectores desposeídos, los prisioneros de la tierra, los nadies de siempre. La Unión Cívica, los Anarquistas, los Comunistas, el Sindicalismo, el Peronismo, la Izquierda Nacional, el Trotskismo, el Guevarismo, los Movimientos de Base, los grupos de derechos humanos y los movimientos sociales, fueron siempre aquellos actores que formaron parte de la acción directa de los sectores populares contra la oligarquía dominante y los sectores de poder económico. A cada victoria sucedió un derrota, a cada conquista una pérdida, con cada lucha ganada un compañero perdido, esa fue nuestra historia de acción y de lucha, pero siempre en una dicotomía de victoria/derrota que no dejaba lugar a disfrutar lo vivido. Pero hubo momento en la historia que permitieron disfrutar lo conquistado, hubo períodos que hicieron de paréntesis o de confirmación que la victoria podía estar cerca y que una sociedad más justa y mejor era posible.

De estos períodos históricos los años del Primer Peronismo fueron la fuente del Poder Popular real, no hubo otro momento en la historia en que obrero y patrón se sentaron a hablar de igual a igual, fue la amalgama justa de tantas tendencias políticas que las crisis internas que tuvieron permitieron una población realmente creyente del poder de sus derechos y sus acciones. Mientras que el anarquismo y el comunismo habían demostrado que la acción directa permitía conquistas, el peronismo le daba una entidad real a lo conquistado. Los sectores populares no solo se construían el ideal de un Líder que los llevaba por la senda del progreso y desarrollo y una Capitana que los incluía en un lugar donde antes no habían estado. Durante 9 años los obreros cantaron “mañana es San Perón, que trabaje el patrón”. Ellos fueron poder, pero así como se construyó el poder, se cayó en los errores de todo sistema centralizado de gobierno, la burocratización, la corrupción, las continuas alabanzas a al líder y su sequito y el control de todo el aparato comunicacional. Este desgaste no permitió el desarrollo de una dirigencia capaz, sino el acceso a cargos a los adulones de turno. Como ejemplo de esto tenemos el caso de Bernardo Neustad que fue secretario de prensa del Partido Peronista de Capital en los años 1954 y 1955. Pero como bien dice la frase, en la cancha se ven los pingos y con la caída del peronismo surgieron liderazgos de las mismas bases que habían sustentado su Poder Popular de los años anteriores, es más que obvio que ahí encontramos desde un Vandor a un Carranza, de un Framini a un Alonso, todos trabajaron desde su lugar y con sus intereses para poder desalojar a aquellos que querían destrozar lo que el imaginario social y la propaganda política habían construido. Tardaron 40 años para destruir todo eso, hubo golpes de estado, traiciones, victorias breves y terribles derrotas en esos años y usaron un gobierno de raigambre popular para acabar con todo lo que 10 años de peronismo habían creado y 40 años de historia habían sostenido. Ahora era el “Partido Justicialista” y no el Movimiento el que decía que había que abrirse al mundo y aceptar la derrota del comunismo en el nuevo mundo capitalista que surgía. Pero no duro 50 años la convertibilidad, sino unos 10 años de miseria, dolor y hambre para los sectores populares. Fueron años de lucha pero no de conciencia, porque la conciencia llego recién cuando en 2001 demostró que cuando el sistema entra en crisis, a todos les tocan el culo, pero a los ricos, no.

Volvió el calor popular exigir un recambio, plantear la necesidad de un contrapoder y ahí fue devuelta el Peronismo, no como partido sino como MOVIMIENTO, con un líder pragmático pero no carismático, que plantearon un cambio social y político real. Así como el Comandante Chávez nos hablaba del Socialismo del siglo XXI, Evo Morales nos enseñaba el poder de la pluralidad, Lula que el poder puede salir de las entrañas de la pobreza y Correa la revolución de los derechos, Argentina nos traía a Néstor Carlos Kirchner y a Cristina Fernández al Movimiento Peronista del Siglo XXI. Una mezcla rara de antiguo estatismo, socialdemocracia europea y nuevas tecnologías, pero con muchas viejas construcciones peronistas y latinoamericanas que generaron un cambio social e ideológico que no se veía en años y acompañaba los nuevos bríos del siglo que se iba (y se va) sacudiendo en una crisis feroz del sistema capitalista.

Durante 12 años este acceso a los derechos, nuevos y viejos, de los sectores humildes, clases medias y nuevos actores sociales y políticos, se abría paso entre oligopolios, grupos mediáticos y empresas multi-trans-supranacionales que dominaban al país y su economía. Pero no fue suficiente, porque los empoderados, no sabían la real acción del estado en sus derechos, no se construyo el carácter colectivo de un derecho, que el individuo no siempre acciona sola sino que también es parte de un conjunto. No se había atacado la base del ideario clásico del neoliberalismo, que era el rol del individuo, se lo dejo activo y la miseria individualista pudo más que el amor por lo colectivo. Y al igual que cuando fue paso la Revolución del 90, que cuando el primer golpe militar saco al Radicalismo del poder, que cuando el anarquismo y el comunismo no pudieron contra el conservadurismo cayo, como cuando la Primavera del Cordobazo dio paso a la dictadura sangrienta, como cuando las luchas sociales no pudieron con el avance neoliberal, hoy vivimos una derrota, hoy vemos como salen los oportunistas, los traidores, los individualistas, los que ayer eran amigos leales hoy hacen lobby por el capitalismo, todos esos siempre aparecen cuando sus necesidades básicas (el poder y el dinero o el poder del dinero) son atacadas y las miserias humanas más increíbles aparecen. Pero para los que no leen la historia, los que no la conocen o no la viven, no se dan cuenta que todos pagan sus pecados, porque en lo profundo, en el subsuelo de la patria, desde las cavernas del olvido hay un espacio social oculto, donde se recrean diversos imaginarios y sensaciones que hacen a entender la realidad desde otra perspectiva. Así como los indígenas, gauchos y campesinos vieron pasar sin pena ni gloria al ejército de Castelli que les había dado libertad y derechos porque no lo entendían a este invasor porteño, distinta fue la cosa, cuando el ejército del rey les demostró la dura realidad de ser súbditos de un poder conservador y ellos fueron los que sostuvieron la guerra de la independencia en el norte. Hoy nos planteamos lo mismo, nuestra labor no es generar miedo, porque nosotros vamos con alegría hacia adelante, nuestra labor es generar conciencia, noción y sentido de todo lo que está pasando y pasara, está oculto en el super, en el colectivo, en el kiosco o en la plaza, muchas se dan cuenta que el cuento de que seríamos Suecia en 50 días no llego, que la realidad, la cruda realidad es otra, por eso es que seguimos viniendo con alegría pero con firmeza a seguir siendo un pilar ante cada ataque y unidad en cada pelea.

Ahora yo te pregunto, después de que leíste este largo y tedioso artículo de opinión, cuánto tiempo más vas a esperar para darte cuenta que solo no se salva nadie, sino es con la ayuda de todos.

(*) Profesor de Historia – Columnista de Desde el Barrio

Comentarios

comentarios

Artículos ralacionados