Por Ariel Weinman*
Ante la gravedad institucional y política resultado de la anulación de las elecciones provinciales en Tucumán por parte de la Cámara en lo Contencioso Administrativo de esa provincia, un hecho inédito en la vida pública argentina desde 1983 hasta la actualidad, repudiamos la decisión de una parte del Poder Judicial destituyente y exigimos el respeto a lo que el pueblo resolvió en las urnas.
El fallo de la Cámara constituye un verdadero disparate jurídico: ese órgano judicial no tiene competencia para actuar en cuestiones electorales y esa intervención se efectúa cuando el recuento definitivo de los sufragios emitidos, supervisado por la Junta Electoral provincial, arrojó un triunfo del Frente Para la Victoria en la elección a gobernador y vice de Tucumán por una diferencia de 112 mil votos por sobre el candidato opositor del Acuerdo del Bicentenario José Cano.
Estamos ante un verdadero golpe de estado judicial, porque desde un sector de un poder que no es elegido por el pueblo, se pretende anular lo que éste decidió en las urnas.
Pero la resolución de una Cámara tucumana no constituye un hecho aislado. Por el contrario, apunta claramente a deslegitimar la expresión de la voluntad popular mediante el voto, poniendo en tela de juicio no sólo el veredicto en esta elección, sino a las próximas que se desarrollarán el 20 de septiembre en la provincia de Chaco y a las presidenciales de octubre.
¿Será casualidad que el fallo se emita un 16 de septiembre, justamente cuando se cumplieron sesenta años del inicio de la contrarrevolución en la Argentina?
No hay casualidades, sino causalidades: el poder económico concentrado, vinculado a los grupos de la especulación financiera global, frente a la imposibilidad de torcer el rumbo nacional-popular iniciado hace doce años, como lo hicieron en 1955 y en 1976, cuando contaron con unas Fuerzas Armadas subordinadas y colonizadas por los poderes imperiales, y al vislumbrar que el candidato conservador y neoliberal expresión de la colación “cívica-libertadora” del siglo XXI no podrá imponerse en las próximas elecciones presidenciales, profundizan el camino golpista utilizando sus bases en el Poder judicial para generar confusión, incertidumbre y desánimo en la población.
Como lo sintetiza el lema de la Federación Gráfica Bonaerense, tenemos la profunda convicción de que “sólo el pueblo salvará al pueblo”: es la hora de defender movilizados en la calle la voluntad popular de continuar con el proyecto nacional.
(*) Panorama Federal / Radio Gráfica
AW / GF / RG