diciembre 22, 2024

«Aquellos que financiaron la dictadura en Junín, son los que hoy ostentan el poder»

Héctor Pellizzi es un periodista y escritor juninense. En 1979, en forma clandestina, comenzó a escribir una obra que tituló «El orden de las tumbas», dando cuenta de la desaparición forzada de personas y la connivencia politico-social en la ciudad de Junín. En 2006 su libro fue publicado y se convirtió en una referencia. Finalmente, el 18 de febrero pasado finalizó el juicio por crímenes de lesa humanidad en Junín que condenó a siete represores a diferentes penas.

Entrevistado en Buscando al General Duval, Pellizi dio cuenta de la vinculación de la Sociedad Rural juninense con la desaparición de personas en la ciudad: «Efectivamente, en el juicio oral realizado en Junín, fueron condenados siete represores, dos militares, cuatro policías y un médico. En ese juicio oral un ex comisario confirmó lo que yo escribo en mi libro respecto a Jorge Cogorno, presidente de la Sociedad Rural de Junín en aquellos días, quién recibió una cúpula de eventos – que inauguró el dictador Videla – a cambio de su apoyo. Cogorno, junto al presidente del Club Social de Junín, banqueros, industriales y hombres fuertes del comercio local, tuvieron una reunión de mesa chica. Allí evaluaron la posibilidad de apoyar el fusilamiento de catorce compañeros secuestrados en lo que después se describió que era la cárcel en construcción de Junín. La idea sería fusilarlos y aplicarles la llamada Ley de Fuga. Eran ocho personas en la mesa chica, y no todas estuvieron de acuerdo. Hubo un empate en cuatro. Como no pudieron darle apoyo concreto a las Fuerzas Armadas, el presidente de la Sociedad Rural sacó una solicitada en La Verdad, diciendo que le parecía increíble que vecinos y conocidos estuvieran en los menesteres del terrorismo».

Pellizzi dio cuenta de la complicidad de los medios juninenses con la dictadura genocida: «Los medios de comunicación fueron esenciales en crear el ambiente. La Verdad, en los días previos al golpe, tituló dando cuenta de operativos en el populoso Barrio Ferroviario, donde habían abatidos subversivos, con las entidades agropecuarias dando cuenta que un impuesto del 1% lo entendían lesivo o Álvaro Alsogaray diciendo que el país caminaba hacia la economía libre o el comunismo. La sociedad de Junín armó un consenso. Las personas entraron en esa mentira porque – si bien había dificultades económicas y el gobierno de Isabel tenía mucho que ver con la represión por intermedio de la Triple A – era un gobierno democrático que se había propuesto adelantar las elecciones. Pero no importaba. Lo que importaba era la aplicación de un plan económico. Ese plan neo-liberal que terminó aplicando Carlos Menem en los años 90s y comenzó en 1966 con Adalbert Krieger Vasena, ministro de economía en la dictadura de Onganía. Allí comenzó a pergeñarse todo el plan que nos llevó a las privatizaciones. Porque no solo se privatizaron las empresas estatales, si no también el subsuelo de la patria»

El periodista y escritor narró como se fue gestando una obra literaria en una ciudad amordazada como Junín: «En el año 1979 no se sabía que estaba pasando. Empecé a escribir unos cuentos dentro de un realismo fantástico pero muy previsible para la sociedad juninense. Los escribí a máquina y los reproducimos también a máquina porque acá sólo había una o dos casas de fotocopias que no resultaban confiables. A la noche los tiraba por debajo de las puertas, así algunos se iban enterando que iba pasando. En 1981 me voy a Brasil. Allí recopilé y escribí otros cuentos. Cuando volví en 2003 me propuse evitar publicar esos cuentos titulados ´El orden de las tumbas´´, pero un sobreviviente los leyó y me pidió profundizar el tema. Me entusiasmé con la idea. Realizé notas, reportajes y una profunda investigación en la biblioteca municipal. Allí tomé contacto con La Verdad, Democracia, Clarín y una revista que editó la dictadura municipal titulada Junín. En la parte posterior tenía una especie de sección social, donde se publicaban fotografías de las personas que brindaban con los militares o participaban en procesiones o recibiendo subsidios. Era la sociedad que pactó con la dictadura. Ellos mismos la estaban retratando. Todas las fotografías son de esa publicación que la misma dictadura daba cuenta sin saber que vendría – con los años – un proceso de verdad, memoria y justicia».

El propio Pellizzi afirma que es «complicado vivir en Junín, porque obviamente aquellos que financiaron o se enriquecieron con la dictadura son los mismos que ostentan el poder. Si no son ellos, son sus hijos o familiares. No es fácil denunciar a quienes ostentan el poder económico o político. Porque mucha gente que participó como funcionario de la dictadura, aún mantiene cargo en Junín».

Consultado por los periodistas de Buscando al General Duval, Héctor Pellizi brindó su mirada sobre la política de Derechos Humanos y el futuro luego del cambio de gobierno: «En los últimos diez años se avanzó muchísimo. Tal es así que acá en Junín se realizó un juicio histórico e impensado hasta por nosotros, los militantes, que nunca pensamos que sucedería. Pero veo con preocupación el futuro. Porque todos los candidatos no hablan claramente de profundizar el caudal de juicios y apoyar la rapidez de los mismos. Tampoco hablan de quienes financiaron y beneficiaron con la dictadura. La semana pasada sucedió la absolución de Blaquier en Jujuy y Vicente Massot en Bahía Blanca. Hay una gran incertidumbre que tiene que ver con la justicia en Argentina. La misma se ha derechizado sin pruritos».

Finalmente, con Sarmiento de Junín siendo parte del torneo de Primera División, se lo consultó sobre la historia del nombre Eva Perón del estadio del club y su desaparición por más de treinta años: «sucedió que en los años cuarenta, los grandes rivales eran Sarmiento y Mariano Moreno. Sarmiento estuvo siempre presidida por personas conservadoras, como el médico y político Benito De Miguel. El Club Moreno fue más popular. Juan Duarte era socio e hincha de Sarmiento. Por intermedio de él se realizó el estadio de cemento y le pusieron Eva Perón. Pero el club siempre estuvo gestionado por el ala derecha conservadora de la ciudad. Esas letras se sacaron durante la dictadura y durante muchos años no se restituyeron, aun en democracia. Pero la historia es sabia y el pueblo tiene memoria. Felizmente se restituyó y hoy todo el país habla del estadio Eva Perón».

CA / GF / RG

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