Por Ariel Magirena*
El valor del kirchnerismo es el de restarurar el proyecto de Peron después de que el peronismo fuera victima de un genocidio precedido de proscripción, fusilamientos, prision y bombardeos. La CIA y sus socios locales se ocuparon bien de que la democracia abierta en 1983 encontrara al peronismo con sus cuadros muertos, desaparecidos, presos o en el exilio.
Con los puentes dinamitados no hubo vinculo entre la generacion diezmada y una nueva generación peronista y el partido fue conducido por los que la masacre eligio para sobrevivir o los que zafaron. Asi fue facil infiltrarlo y coronar a los traidores. No podemos olvidar que la UCD -el partido de la derecha que por fin habia logrado expresion electoral- se suicida para darle al menemismo los funcionarios que necesitaba. Cuando se omite todo esto para hacer una critica al peronismo o para negarlo se tributa a favor del exterminio y el plan de borrar al peronismo de la historia. Ya nos dijo Rodolfo Walsh que ”Nuestras clases dominantes han procurado siempre que los trabajadores no tengan historia, no tengan doctrina, no tengan héroes y mártires. Cada lucha debe empezar de nuevo, separada de las luchas anteriores: la experiencia colectiva se pierde, las lecciones se olvidan. La historia parece así como propiedad privada cuyos dueños son los dueños de todas las otras cosas.”
Recien cuando se distribuyan 3 millones de hectáreas entre cooperativas y familias, cuando se construyan 8mil escuelas en Argentina y países hermanos como Bolivia, Paraguay y Colombia, cuando la tasa de desempleo sea cero, cuando no haya ni un sólo niño en la calle, cuando el Banco hipotecario entregue viviendas atendiendo a todos (y no por sorteo) las 24 horas, cuando al menos una rama de la producción esté completamente en manos de cooperativas, cuando seamos el cuarto país del mundo en desarrollar un avión de la máxima tecnología conocida, cuando la salud sea absolutamente gratuita y disponible para todos, cuando tengamos los astilleros más grandes de la región y la cuarta flota mercante del mundo, cuando se dicte una constitución revolucionaria que consagre los derechos sociales subordinado la propiedad privada al interés colectivo, cuando los recursos estratégicos sean nacionales e intransferibles, cuando la banca y el comercio exterior sean nacionales, cuando los trabajadores participen del control y de las ganancias de las empresas, cuando el frente popular abarque desde conservadores populares como Solano Lima o Cámpora, nacionalistas como Roza,Walsh o Carlino, socialistas como Borlenghi, comunistas como Puiggros o Bel Gelbard, marxistas de cuño como Cooke, o Hernández Arregui y radicales como Manzi o Jauretche o troskistas como Abelardo Ramos, y otros «cuandos» que la indignación no me permite ahora recordar…entonces llegaremos al piso del peronismo y soñar con profundizarlo o superarlo. Mientras tanto somos la reedición moderada del nacionalismo popular en tránsito a la recuperación de la patria peronista.
Negar la identidad política del único movimiento revolucionario de la argentina es entregarse de regalo al imperialismo y a la oligarquía.
Voy a citar a la compañera Cecilia Abregú y preguntar: Francisco es más que Jesús por tomar medidas nuevas en un mundo distinto?Nestor Kirchner decía que “somos peronistas, nos llaman kirchneristas para bajarnos el precio”. Kirchnerismo ES peronismo. NO ES más que el peronismo.
El argumento acerca de la “superación” del peronismo es una proclama de clase. Es el ruego por detener las transformaciones y obturar la recuperación de nuestros derechos arrebatados con sangre y con dolor que hace una clase media satisfecha (y el liberal-progresismo que la representa) porque se da por pagada; reivindicando políticas subsidiarias y reformas meras como paliativos a las clases siempre postergadas. Es la confesión del interés NULO que tiene por la justicia social una clase que recibió los beneficios del modelo. Es el conformismo que le disputa a la profundización.
AM / GF / RG
(*) Los Domingos No Son Puro Cuento / Radio Gráfica