septiembre 10, 2025

Ni flores ni chocolates, sino más derechos

Por Eliana Cabezas*

Las vidrieras se llenan de ofertas, las flores no tardan en aparecer. Las publicidades fomentan el consumo y ocultan bajo el slogan de “dale el mejor regalo” la lucha de todas aquellas mujeres que defendieron sus derechos y dejaron la vida con tal de tener una sociedad más justa e igualitaria. Es que al patriarcado no le conviene que en la memoria colectiva queden registros de organización, no le conviene que exista una vía para que transite la toma de conciencia. De esta manera, no debe resultar extraño que el Día Internacional de la Mujer sea banalizado y desvirtuado de su sentido original, como así tampoco debe resultar extraño que a la hora de buscar información sobre el tema abunden las confusiones

Pocas respuestas concretas, varios relatos en lo que respecta al tema. Una versión sostiene que primero se origina el incendio en la fábrica de blusas neoyorkina y que luego la II Conferencia Internacional de Mujeres Socialistas, en conmemoración a las 146 trabajadoras muertas, declara el 8 de marzo como el Día de la Mujer. Otra versión, proclama lo contrario, que primero se establece el día y luego se produce el trágico incidente. Lo cierto es que aquellas mujeres fueron prendidas fuego por reclamar lo que les correspondía: reducción de la jornada laboral, mejores condiciones de trabajo, una salida de emergencia.

Aún así, no era la primera vez que la batalla por los derechos se llevaba la vida de grandes luchadoras. Pues, aunque la historia no las mencione, no faltaron las jóvenes y no tan jóvenes que se resistieron a la invasión colonial o que participaron activamente de las guerras por la independencia. No faltaron las que se tornaron la pieza fundamental para que el cambio fuera posible. Una de ellas fue la cacica Gaitana, que con el afán de vengar el asesinato de su hijo, armó un ejército de seis mil hombres y enfrentó a los españoles, instaurando así una importante insurrección.

A lo largo de la historia miles de mujeres fueron asesinadas e invisibilizadas por defender sus ideales. Por eso, el 8 de marzo no debe ser un día para “regalar flores” porque detrás de cada flor que se regala hay una lucha no concretada, una mujer que está siendo silenciada. El Día Internacional de la Mujer es una buena fecha no sólo para conmemorar a aquellas patriotas que dieron la vida por su pueblo, sino también para recordar que todavía quedan derechos por conquistar y una equidad por alcanzar.

EC / GF / RG

(*) Periodista – Abramos la Boca / Radio Gráfica

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