Por Alicia Lado*
Si la flemática Inglaterra ostenta en su ADN la lucha entre católicos y anglicanos,que le significó el drenaje inmigratorio de buena parte de su continental población y un conflicto que todavía enfrenta a sus descendientes; la progresista Francia lleva grabado en sus entrañas republicanas varios siglos de rígida discriminación religiosa.
Quien lee éstas líneas debe interpretar que detrás de éstos temas se enmascaran los más duros conflictos e intereses políticos-económicos que movieron y mueven los hilos del teatro de todas las naciones.
Vayamos, en un paseo virtual, hacia el pasado galo:
1- Europa siglo XVI: crisis católica en las principales ciudades. Lutero y las demás orientaciones protestantes ya no sufren las encarnecidas persecuciones por herejía. Los príncipes alemanes ven la oportunidad de tomar distancia de la Santa Sede y seguir teniendo la «bendición de Dios».
El Vaticano pierde poder y sólo le quedan algunas casas reinantes, bajo su dominio: España y Francia.
Francia cada vez más se ve presionada por los protestantes de origen galo -calvinistas-, que bajo el apelativo de :hugonotes comienzan a tener fuerte ingerencia en miembros de la nobleza.
Solución: agosto de 1572 la corona ordena la matanza sangrienta de miles de hugonotes para ejemplificar, con una tal vez solución final, el conflicto entre católicos y protestantes. La Noche de San Bartolomé es siempre recordada como emblema de la intolerancia religiosa.
La paradoja: años más tarde y por conflictos sucesorios la corona francesa recae en Enrique de Navarra quien profesaba la fe protestante, bah! era Hugonote!.
Enrique, quien más que su fe lo movía un buen ojo político soltó la frase: París bien vale una misa y rápidamente se convirtió al catolicismo.
Enrique, ya convertido en Enrique IV, promulgó el Edicto de Nantes-1598- de tolerancia religiosa para católicos y protestantes.
Aclaremos que los chicos hugonotes manejaban las principales inversiones y tenían buenas «relaciones» con los príncipes alemanes.
Enrique IV en 1610 es asesinado. Se imaginarán por quién y porqué causa? Bien, a manos de un fanático católico.
2- Enero 5 de 1895: un capitán del ejercito francés de orígen judío: Alfred Dreyfus es injustamente acusado de traición a la patria por vender documentación secreta a Alemania. Espionaje!
Otra vez:»religión-política-economía».
Dreyfus era judío nacido en Alsacia,territorio de una larga disputa entre Francia y Alemania desde la caída del Imperio Carolingio, de ése Carlomagno: «más alemán que francés, más francés que alemán».
Volvamos a Dreyfus, el hecho de que fuera judío dió pie para que la prensa católica lo destrozara. Mucha tinta y papel corrió entre políticos e intelectuales anti-semitas, encontrando en el pobre Alfred su chivo expiatorio ideal.
Alsacia en 1871 y como consecuencia de la guerra franco-prusiana pasó a ser territorio alemán. Pérdida que Francia no perdonó y se cobró en Dreyfus.
Este hecho causó estupor en el escritor Emile Zolá quien publicó en 1898 su famoso » J accuse «_Yo acuso- donde sostenía el complot entre el gobierno y el ejercito francés para condenar a Dreyfus.
Zola da origen a una oleada de sucesos anti-semitas, no sólo en los diarios sino también en las calles.El mundo a través de la prensa tomaba partido.El mundo lentamente entraba en el «clima» previo a la primera guerra mundial.
El juicio y condena y posterior segundo juicio y nueva condena y la absolución fue seguido por la prensa mundial como una verdadera novela.
Recién el 12 de julio de 1906 Alfred Dreyfus es declarado inocente. Durante la primera guerra mundial-1914-1918, Alfred combatirá en las filas francesas.
Entre 1895-1906 la prensa desató la más encarnizada batalla: semitismo-antisemitismo.
Francia es el segundo país europeo con la mayor colectividad judía, le sigue después de Holanda.
Intolerancia religiosa una constante del pueblo francés.
* Abramos la Boca – Panorama Federal / Radio Gráfica
AL / GF / RG