El sábado 23 de agosto la Policía Metropolitana llevó a cabo un operativo para desalojar a más de 700 familias del barrio Papa Francisco, en Lugano. Heridos, detenidos y personas sin hogar, esos fueron los resultados del accionar.
A 10 días de los hechos, aún hay 20 familias acampando en la Avenida Cruz, en busca de una respuesta oficial.
Franco Punturo es el padre parroquial en Villa 20, cerca de Papa Francisco. Entrevistado en Desde el Barrio, hizo mención a como se realizó el operativo, cual es su relación con los vecinos y como es el día a día de las familias que no quieren abandonar su barrio.
En primer lugar, comentó su labor en el barrio al que concurre a diario desde hace 10 años. Lo definió como un «acompañamiento constante en la vida de los vecinos». Destacó que «en este momento de tanto dolor también hay que estar presente acompañando a las familias con lo que están viviendo».
Sobre la situación posterior al operativo policial, relató que «la primera noche del desalojo habían quedado 40 familias varadas en el boulevard de Cruz» y «al otro día, que había granizado con frío, muchos de los que habían pasado la noche ahí quisieron ir a lo de algún familiar». Después, «cuando quisieron volver a donde habían acampado, ya no los dejaron entrar».
«De las más de 40 familias que eran la primera noche, ahora quedaron 22», detalló.
En diálogo con Carlos Aira y Carla Pelliza reflejó que, aparte de las personas que hoy resisten en el acampe, hay muchas personas que quedaron a la deriva. Entre casas de amigos y paradores «son muchas familias las que están dando vueltas sin ninguna solución».
Respecto a las condiciones en la que están los acampantes, el padre expresó que «hace más de una semana que están ahí y no tienen baños. Se les puede acercar comida y agua, en ese aspecto están bien». En cambio, «ahí cerca está la policía con baños químicos» que no permiten que utilicen los vecinos.
Sobre los acercamientos que tuvo el Gobierno de la Ciudad en relación con el conflicto, Punturo señaló que «ayer vinieron con la misma propuesta que la semana pasada de recibir el subsidio habitacional, que no había sido aceptada». Los vecinos «no quieren recibir plata, lo que necesitan es vivienda y están dispuestos a pagar por ella porque es gente trabajadora», ratificó.
«Es muy degradante el trato que reciben del otro lado», se lamentó.
MM / GF / RG