«El perecedero, el sucio, el futuro, supo acobardarme, pero lo he derrotado para siempre; sé que futuro y memoria se vengarán algún día», Paco Urondo.
Bienvenido Guido, un gusto conocerte. Verte la cara, saber de vos. Verte en los ojos llenos de llanto de Estela, la abuela de la Patria, la tuya y la de tantos, que hoy sonríe con todos los dientes. La que nos enseña, como lo hacen los abuelos, los más grandes, los más sabios, que no hay que abandonar la lucha.
Ella, que te buscó durante 37 años, nos marcó el camino, pero no estuvo sola. A su lado caminaron quienes nunca dejaron de buscar la verdad y la justicia, quienes defendieron con ferocidad la memoria y se animaron a peinar a contrapelo la historia.
Uno de ellos, un día, además, fue Presidente. En nombre de todos nosotros, bajó los cuadros de los que torturaron, persiguieron y desaparecieron. Él nos devolvió la dignidad de poder juzgar a aquellos que quisieron imponernos mediante el terror, la idea de que no valemos nada, que nada de lo que hagamos puede cambiar el curso de la historia, y que no tenemos por qué luchar.
Néstor Kirchner fue el capitán de un barco que navegó infatigablemente por la verdad, la memoria y la justicia, como lo hicieron tantos otros que soñaron con una patria libre justa y soberana. En la memoria de todos ellos, y en este orgullo de pueblo que hoy celebra, tenemos que renovar el compromiso de vencer, de no rendirnos, de no abandonar las banderas que durante esta década logramos volver a levantar.
La voluntad y la fuerza inquebrantable de Estela, y de tantas madres y abuelas, tiene que guiar nuestro espíritu. Tenemos que reconocernos en su herencia, y no bajar nunca los brazos, ni dar por perdidas las batallas que aún quedan por librar.
Quienes desde la necedad y el odio criticaron las restitución de memoria en este pueblo, sufren con nuestra alegría. Quienes fueron cómplices de la dictadura más dolorosa de nuestra historia, aquellos que se han creído capaces de salir indemnes de la justicia, esos cobardes tiemblan. Y quienes no han hecho más que mentirnos, quieren hoy decirnos dónde está la verdad.
Después de una década de aprendizajes, de forjar nuevos caminos, aprendimos que la verdad está en cada uno de nosotros. Ya no habrá diario, no habrá Fondo, no habrá Imperio que nos quiera convencer de lo contrario. Está en nuestros genes, en lo que somos, como estuvo en los de Guido, ir tras esa verdad. Amarla, perseguirla, conquistarla. Somos nosotros los protagonistas de la historia, los responsables de nuestro pueblo y su destino.
Tenemos que seguir por los hijos y nietos que faltan, y por lo que falta para alcanzar esa Patria con la que soñamos, y con la que soñaron tantos otros, antes. Sabemos, ahora con la certeza de conocer de a ratos la victoria, que ya no permitiremos que se retroceda un paso, porque el camino solo sigue hacia adelante.
Hoy ríe Estela, ríe Néstor, ríe la Patria toda. Hoy más que nunca, nunca más, nunca menos.
SZ / LS / GF / RG