Radio Gráfica convoca este Miércoles 11 de julio a las 17:30 horas en el Sindicato Federación Gráfica Bonaerense (Av Paseo Colón 731, primer piso, Ciudad de Buenos Aires) a medios de comunicación populares, organizaciones sociales, políticas y sindicales, cooperativas de trabajo, empresas recuperadas por sus trabajadores, comunicadores y periodistas, autoridades de la Autoridad Federal de Servicios de Comunicación Audiovisual, del Consejo Federal y funcionarios del gobierno nacional a un Encuentro para debatir en conjunto el lugar y los desafíos de la comunicación popular en el actual contexto histórico-político.
Difundimos aquí el documento del Colectivo de Dirección de Radio Gráfica que convoca al Encuentro.
POTENCIAR LA COMUNICACIÓN PARA PROFUNDIZAR EL PROYECTO NACIONAL
Estamos ante el surgimiento de una nueva Comunicación. Como suele suceder con lo nuevo, emana de la propia historia, los datos del ayer y del presente para potenciarlos hacia el mediano plazo.
Cuando el lector, el oyente o el espectador se retraen ante la oferta mediática porque la insistencia y la reiteración los llevan a saber de antemano cuáles son los contenidos, la comunicación es débil, el lazo carece de intensidad.
Hasta ahora, hemos padecido la hegemonía de los grandes grupos comunicacionales, que desinforman y tergiversan según sus intereses empresariales, alejados de las necesidades, sueños y culturas nacionales, populares y latinoamericanas.
En los años recientes hemos visto con satisfacción, y colaborado, con los impulsos del Estados argentino por contrarrestar ese poder. La Ley de Servicios de Comunicación, el relanzamiento de medios públicos y el apoyo a algunos medios privados, horadó el control pleno que sostenían los monopolios.
Pero la nueva Comunicación viene naciendo desde otra zona: surge en los medios de comunicación gestados por el pueblo mismo, con un posicionamiento social y geográfico definido. Los medios que, tomando la mejor tradición forjista y alternativa, se configuran como profesionalmente superiores a los establecidos.
Radios, televisoras, webs, espacios de contenidos que hemos construido junto a miles de argentinos y miran la realidad local e internacional desde el Pueblo y desde el Sur y brindan información certera, análisis profundo, debate abierto, calidad conceptual.
Estos medios resultaron, por abajo, decisivos para quebrar esa hegemonía en los hogares argentinos, para desmantelar la ofensiva agrarista del 2008 y para hacer entender en lenguaje sencillo y cotidiano cuáles han sido los logros más importantes de los gobiernos de Néstor y Cristina sin obviar la perspectiva de la discusión y la crítica.
Sin embargo, como una parte importante de nuestra propia dirigencia política sigue amarrada a la Comunicación que está terminando su ciclo, estos medios no han recibido el respaldo económico ni el reconocimiento cultural necesario para avanzar en consonancia con los tiempos que corren y con las necesidades populares.
Lo sabemos: la asignación de recursos evidencia un sentido político. Lo cierto es que en este período, la pauta publicitaria, los créditos y los subsidios, originarios en el Estado Nacional, se han dirigido a los viejos monopolios antinacionales, al reforzamiento de los medios estatales y a los medios privados cercanos al gobierno nacional.
Es decir, poco o nada hemos recibido quienes hemos creado, siguiendo lo mejor de la historia argentina, los medios que realmente dan batalla cultural en el lugar de los hechos, y que prefiguran una comunicación más abierta y honda, más certera y posicionada que los hegemónicos.
Pensamos que este planteo debe ser considerado un alerta. Es preciso sintonizar el accionar del Estado con la necesidad social y la realidad cultural. Consideramos enérgicamente que es preciso barajar y dar de nuevo en las prioridades oficiales hacia la comunicación para apuntalar, en lugar de retrasar, un camino ineludible.
Es preciso que el gobierno argentino apoye la construcción de medios nacional populares fuertes, sólidos, tomando en cuenta lo realizado hasta el presente. El trabajo que mostramos, el panorama que ofrecemos, es mejor o equivalente al tradicional; en ningún caso inferior. Y nuestras posibilidades de difusión están vinculadas directamente con los recursos económicos y técnicos con que contamos.
Seguir apoyando a medios que ya dieron todo lo que podían dar, que configuran la vieja realidad asentada en antiguas hegemonías liberal conservadoras, es un daño autoinfligido por el Estado, que obliga a un cambio urgente para potenciar lo real, amparar lo mejor, dar curso a la voz de nuestro pueblo.
