nota: Lucas Molinari
Que el rol de los medios de comunicación es fundamental en la política es un hecho conocido. Que los monopolios de la palabra tienen la capacidad de marcar la agenda a un Gobierno Nacional, votado por las mayorías también; como cuando la nacionalización de las AFJP tiene un amplio respaldo popular, pero la ola de inseguridad reaparece en los medios para crear un clima social de disconformidad.
El conflicto por las retenciones móviles abrió un campo de batalla, en el que los grandes medios juegan decisivamente a desestabilizar a un gobierno que no lleva ni un año de gestión. Pero no solo tienen la capacidad de marcar la agenda, sino también de silenciar conflictos y desinformar al pueblo.
La concentración mediática en Argentina se dio en la década de los ´90. Con la Ley de Reforma del Estado, el decreto-ley de Radiodifusión Videla-Harguindegui 22.285, se modificó para permitir la participación activa del capital financiero en la propiedad de las empresas periodísticas, impulsando así la creación de los Grupos de multimedios.
Pero las organizaciones populares fueron creando sus propios medios, y aunque considerados clandestinos, dieron la lucha por otro modelo de comunicación.
La puja de poder que se inició el 11 de marzo, reabrió debates que estaban en el tintero. La Coalición por una Radiodifusión Democrática formada en 2004, representa el mayor grado de acuerdo entre las organizaciones populares en estos 25 años de democracia. Con los 21 puntos básicos por una radiodifusión democrática, representantes obreros, de organismos de DDHH, y de medios populares, entre otros, fueron recibidos por la Presidenta en abril, a un mes de comenzado el conflicto por la R125.
La pelea por una Ley de Radiodifusión de la democracia es fundamental, porque se trata de conseguir un marco de normas, donde estén contemplados por igual los medios populares, los públicos y los comerciales. Se trata de un modelo de comunicación, en el que el derecho a la información se entiende como un derecho humano.
Hoy el pueblo está marginado de los canales de televisión, de las grandes emisoras de radio, y de los diarios de mayor tirada. Los sectores populares se encuentran discriminados, estigmatizados, criminalizados por estos medios que se dicen objetivos.
Es por esto que la construcción de medios populares masivos se hace imprescindible, para dar la batalla cultural y política, para que las organizaciones forjen su propia agenda, la de la redistribución de las riquezas, la de mejoras en las condiciones de vida del pueblo…
En la construcción política, los medios son una herramienta fundamental. La necesidad de crear una estética, que represente la vida de las mayorías, es parte de una batalla cultural, que sólo se podrá dar desde medios propios, gestionados por las organizaciones populares. Para hacer frente, entonces, a esta avanzada de la oligarquía terrateniente contra el Gobierno votado por las mayorías, es necesario luchar porque el Congreso vote una Ley de Radiodifusión de la Democracia, que contemple los 21 puntos acordados por la Coalición (www.coalición.org.ar).