
Así lo afirmó el prestigioso abogado constitucionalista Miguel Rodríguez Villafañe en relación con las expresiones del presidente de la UCR Ernesto Sanz -posible Ministro de Justicia en un gobierno de Cambiemos- por el cual «no nos temblará la mano para aplicar DNU (decretos de necesidad y urgencia) para gobernar».
Rodriguez Villafañe planteó «lo grave y peligroso de estas declaraciones» y remarcó: «Los DNU (Decretos de Necesidad y Urgencia) son para situaciones excepcionales y urgentes. Fueron introducidos en la Reforma Constitucional de 1994 y no siempre se utilizaron con el criterio deseado. Dicho por Ernesto Sanz, pareciera que quisiera ignorar la presencia de otros poderes. Es una forma de evitar la intervención del Poder Legislativo. Como propuesta a una Argentina que queremos que sea manejada desde la democracia lo traduzco así: «Aunque no seamos mayoría vamos a decidir lo que se nos dé la gana con DNU». Si está dicho desde ese sentido crea un precedente institucional gravísimo, porque se a gobernado así, pero nadie lo planteó de una forma de soslayar la representación de la ciudadanía. Fijense que en cada golpe de estado quedó una mascarada de Poder Ejecutivo y Judicial, pero desaparecía el Poder Legislativo» y agregó: «Sanz es parte de un espacio político donde piden cambiar prácticas, pero no desean construir democracia porque buscan hacer desaparecer el Poder Legislativo. Si le sumamos los dichos de Macri que quiere derogar o reformar Argentina Digital y la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual no deja de preocuparnos a todos aquellos que deseamos seguir sumando derechos».
Por otra parte, Rodríguez Villafañe también tuvo consideraciones en relación a la Corte Suprema de Justicia: «Recordemos que la oposición realizó un verdadero golpe de estado institucional cuando declaró no analizar propuestas de candidatos a la Corte. La Constitución de 1994 establece una mayoría para todos los sectores políticos que tengan algo para decir al respecto, ya que superan un período de gobierno. Pero existe una oposición que planteó no elegir a nadie. El 11 de diciembre nos encontraremos una Corte con tres miembros en la cual con sólo un magistrado en disidencia no saldrá un fallo, dejando a las claras que tendremos una Corte Suprema colapsada».
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