Así lo afirmó el Capitán Héctor Tessey, veterano de la Guerra de Malvinas, en Punto de Partida.
Entrevistado por Lucas Molinari, Tessey reflexionó sobre los procesos malvinizadores y desmalvinizadores: «Desde 1982 existe una línea malvinizadora y otra desmalvinizadora. La última está presente en todos los estratos de la línea nacional. Sea poder, gobierno o en todo ámbito. Hay una línea desmalvinizadora dentro del gobierno y otra profundamente malvinera».
En esa dirección explicó que «los desmalvinizadores son los que nosotros llamamos `Progresimios`, buscan ser progresistas pero terminan siendo cipayos. Reducir Malvinas a un general borracho es un acto de cipayismo y colonialismo intelectual. La complejidad de malvinas tiene que ver con el contexto histórico. Desde 1763, año en el cual el Reino Unido llegó por primera vez a las islas hasta la fecha. Pasando por la resolución descolonizadora de la Naciones Unidas en 1965 y la guerra de 1982. Hay un entrazado complejísimo de cuestiones geopolíticas, estratégicas, culturales y económicas. Reducir Malvinas a una Junta Militar es un cipayismo total».
Por su parte, el militar planteó la cuestión popular sobre Malvinas más allá de la Junta Militar: «hay ejemplos claros. Un avión que venía con exiliados políticos desde México fue parado en Perú. Los militantes habían dejado su encono y enfrentamiento poniendo por delante su sentimiento de patria porque esto es superior a cuestiones internas. Quienes no lo entienden fueron los que están en contra de la patria. El ejemplo mas crudo son los exiliados que quisieron volver. Ni hablar de millones de argentinos, latinoamericanos, hombres, armas, sanciones diplomáticas que sintieron que Argentina no estuviera sola. Los más duros desmalvinizadores están dentro del país y no fuera. Sigue habiendo en nuestro país argentinos que siguen en los barcos ingleses que bloquearon el Río Paraná en 1845».
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