Luego de consumado el pacto UCR-PRO, el mapa político ha cambiado en Argentina. Para analizar los cambios en términos de intención de votos, Gabriel Fernández entrevistó a Artemio López en La Señal, quién afirmó: «Yo creo que luego de este acuerdo cientos de electores radicales acompañarán al oficialismo, sobre todo muchos cercanos a la experiencia del alfonsinismo. En términos de referencia el ejemplo más claro es Leopoldo Moreau, pero también está Leandro Santoro en Capital Federal y muchos sectores juveniles. Sectores que votaban a la UCR por los valores sociales y de ampliación de derechos, políticas que acaban de capitular dentro del partido. Por primera vez, la Unión Cívica Radical subordina su estrategia nacional. No se han puesto a la cabeza de una experiencia conservadora de derecha, como lo fue la Alianza. La posición actual es aun peor: acompañan una experiencia conservadora de derecha. Hay sectores del partido muy poco satisfechos. Hay un nivel de electores radicales progresistas o social-demócratas que encuentra más próximo al oficialismo que la nueva derecha que encabeza el Jefe de Gobierno de la Ciudad. Han jugado muy fuerte. Porque impulsaron un pacto referentes sin votos. Ernesto Sanz no es Cobos. No tiene votos».
El Director de la Consultora Equis también analizó: «La realidad electoral del oficialismo está libre de este movimiento que es propio de la oposición. Recordemos que fueron segunda minoría con sólo el 17% de los votos. El oficialismo tiene galvanizado un piso electoral del 33% y no tiene nada que ver con los ensayos opositores. Lo que promueve son realineamientos hacia dentro del espacio opositor. Es muy temprano para decir que Sergio Massa está fuera de todo o qué se termina de consolidar Mauricio Macri. Hay que ver como resuelve la UCR sus propios cortocircuitos. El PRO tiene que resolver internas para constituirse como liderazgo prevalente. Es una oposición diseñada por editorialistas de medios desconociendo profundamente la dimensión territorial de la política».
Finalmente, Artemio López dio cuenta del mapa que avecina al oficialismo en los próximos meses: «Todos los indicadores económicos marcan que hay mejoras si comparamos este año con 2014. Se ha recuperado el salario y el poder adquisitivo. El proyecto de Cristina Kirchner es un escollo para las corporaciones. Pasa en toda la región. Todos los procesos democráticos populares están sufriendo un embate con la idea de desarticularlos. No hay lugar para los grises. La tensión de la opinión pública es absoluta. Y el oficialismo debe hacerse cargo de la real situación de la Argentina. Porque cuando hemos llegado al famoso fifty-fifty se produjo el derrocamiento de Perón en el 55, el de Isabelita en el 76 y buscan lo mismo ahora. No se bancan la ampliación de derechos. Eso promueve un estado de polarización absoluta. La reacción va por todo en la región. En el medio no queda nada. El candidato del FPV tiene que hacerse cargo de este estado de situación. La polarización no se va a detener y la llave la tiene la presidenta con su 50% de imagen positiva».
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